Presentación...

Presentación...
Portadas...las hice con cariño, así que no se quejen si no están muy lindas ^^

Cazadores del Apocalipsis, Misión de Reconocimiento






Capítulo 1, Misión de Reconocimiento.


Daniel caminaba por la calle, como siempre mirando con altanería y cruel desprecio a quien se le cruzara por delante; ninguno de ellos valía la pena, ninguno de esos seres humanos llenos de ambición, egoísmo, personalismo y crueldad, que le tocaba ver día a día desfilar ante sus narices.
Siempre podían intentar aparentar otras cosas, pero él sabía que era mentira, toda una fachada para parecer más de las horribles bestias que eran, las peores del reino animal... Pero ante Daniel de movían desnudas, él podía ver las verdaderas intenciones detrás de cada acto, y todo lo que veía, era que como siempre el ser humano hacía todo en beneficio propio, incluyéndose él, por esa razón era que odiaba a toda su maldita raza.
Ellos también lo odiaban a él, pero eso ya no lo molestaba, él ya se odiaba a si mismo, por ser humano y ser mil veces mejor para destruir que para crear, por ser necio personalista y ser exactamente igual de monstruoso que esas bestias a quienes él mismo criticaba.
Tanto dolor le había causado intentar una y otra vez ser distinto sin lograrlo, tanto dolor el fallar y ver como dañaba a los demás sin margen a solución, que había dejado hace tiempo de intentarlo siquiera, era su naturaleza y como tal, la asumía, no intentaba engañar a nadie acerca de si mismo como a él le habría gustado que no intentaran engañarlo a él… Se mostraba tal y como era, y curiosamente a los demás le desagradaba su compañía, que cínicos eran…Daniel estaba seguro de que todos eran como él o peor incluso, sin embargo lo rechazaban porque él si lo demostraba, vaya basura estaba hecho el mundo.


Si, verdaderamente ese chico era el blanco perfecto, pensó ella mientras lo miraba avanzar por la multitud.
Ese era Daniel Camus, su madre, una joven aristócrata se había casado con su padre, el dueño de un pub, a pesar de toda la oposición que había puesto su familia, ella lo había hecho igual creyendo ante todo en el amor que ambos se profesaban. Pero se había equivocado, ni ella lo amaba de verdad a él ni él a ella.
Al poco tiempo de casarse, él se había demostrado tal cual era, quitándose la mascara que había utilizado para casarse con la adinerada mujer. La trató medianamente bien mientras ella le entregó el dinero que constantemente le pedía, pero cuando dejó de hacerlo el trato empeoró cada vez más, cada día la maltrataba y no necesitaba estar ebrio para hacerlo.
Dentro de todo ese caos familiar, había nacido Daniel, lo maltratan desde pequeño y a pesar de que su madre decía quererlo no hacia nada cuando el padre golpeaba al niño, es más, prefería correr a esconderse que quedarse en su camino y arriesgarse a que también le pegara a ella.
Daniel había crecido viendo la total inmoralidad de su padre, y el como su maltratada madre se acostaba cada noche con un tipo distinto en intentos de borrar su dolor, tipos que algunas veces creían también muy divertido abusar del pequeño niño que se escondía aterrorizado en su habitación y que lo hacían entre las risotadas de su alcoholizada madre…
Por fin todo había terminado, cuando unos bandidos peores que su padre habían ido a asaltar la casa, ahí aprovechándose de todo el barullo que se había armado, Daniel escapó creyendo que en ese único acto semi involuntario se estaba demostrando a si mismo que era tan despreciable como sus padres.
La policía lo encontró poco después, llorando por las calles y luego de averiguar que los dos padres del pequeño habían muerto en el asalto y que en su casa no había quedado nada, se lo llevaron a un orfanato… donde a los quince años fue encontrado por el adinerado padre de su madre, su abuelo, a quien urgía la necesidad de un heredero…
Su abuelo lo adoptó, le puso montones de tutores privados, lo llevo a las mejores escuelas… sólo lo mejor puso a disposición de Daniel, preparándolo así para un gran futuro, sin embargo nunca se preocupó de darle ni un poco de cariño a su pequeño nieto…
Ahora Daniel era un chico de dieciocho años que iba a la universidad, y al igual que una vieja rosa a quien le es negada el agua, su alma se había marchitado, agobiada por la soledad y la forma autodestructiva que tenía de pensar el joven…
La chica lo miró con curiosidad, la habían mandado a ver si ese humano era un buen imán para ellos, y ahora que lo miraba, podría asegurar que sí, definitivamente era una buena victima para las “sombras”, de hecho, ese chico se podía tomar como la imagen viva de lo que necesitaban las sombras para ellas. Triste, solitario, amargado, con poca autoestima… lo curioso era que a pesar de que llevaba medio día observando al chico aun no sucedía nada.
Siguió a Daniel por entre la gente…siendo tan desapercibida ella para las personas y sus elementos circundantes como ellos para ella…


Daniel llegaba atrasado a la universidad, pero vaya novedad, la novedad sería que llegara a tiempo… Camino a su clase lo pararon dos muchachas, Pía y Michelle parece que se llamaban, hace un buen tiempo que no lo dejaban tranquilo y ahora que lo veían corrían entusiastas a saludarle.
Por regla general siempre las ignoraba, pero ya estaba cansado de que lo siguieran, si que hoy les contestaría ya que parecía que les hacía mucha ilusión que él les hablara.
-¡Ey! Hola Dani ¿Qué tal estas?- le pregunto la que aparentemente era Pía, era una chica linda con carita redonda, que usaba ropas muy infantiles.
- Oh… yo estoy muy bien- comenzó el en frío tono calculador…
- Por cierto se te ve bien esa ropa, te confiere ese aspecto de inocencia que de seguro no tienes ya en absoluto- le dijo Daniel a Pía con la más cínica de sus sonrisas mientras le acariciaba suavemente la mejilla, el vio con irónica satisfacción como las caras de las chicas pasaban de la ilusión porque el les contestase a la más absoluta incredulidad e indignación por lo que le decía a Pía.
Daniel miro con burla a Michelle que parecía hallarse en secreta satisfacción porque las palabras de él fueran dirigidas a su amiga y no a ella. Michelle era un poco mas fea que Pía pero vestía mucho más atrevida, casi lo enseñaba todo, se notaba que estaba desesperada por un chico, pensó Daniel.
- No te pongas celosa Michu, tu también te ves muy bien, como toda una come hombres, aunque seguramente te hayas llevado menos tipos a la cama que tu “inocente” amiga- le dijo entonces a Michelle con una amplia sonrisa de desprecio y malévola satisfacción en sus palabras.
- Eres un…- comenzó a decirle Pía pero Daniel la interrumpió.
- Si linda, un ser tan asquerosamente despreciable como ustedes, lo tengo claro, pero sólo fui sincero, les he facilitado el que probablemente es el pensamiento de la mayoría de los chicos que las han visto.- el par de chicas le dirigieron sendas miradas asesinas antes de irse con sus aires más dignos por el pasillo.

Daniel las miro irse con una lúgubre sonrisa en la cara… Bien, esas chicas ya no lo incordiarían más con su presencia.
Las chicas siempre se acercaban a él porque era guapo; con el pelo castaño claro, tes pálida, formado cuerpo y un par de impactantes ojos azules, él era el chico más apuesto de la universidad y lo sabía con creces, pero también sabía por lo tanto que las chicas que se acercaban a él, o lo hacían por su atractivo, o por el reto que representaba acercarse al antisocial chico…Algunas simplemente eran algo masoquistas o extremadamente curiosas.
Ninguna que valiera la pena solía pensar el chico, aun así cuando Daniel encontraba a alguna que fuera peculiarmente linda salía con ella y pasaban la noche juntos, luego hacía como que no la conocía y a la desdichada elegida no le quedaba otra que aceptar su rechazo. Daniel creía que eso le hacia bien a esas chicas, les hacía bien que supieran un poco más del mundo en el que estaban y así no fueran tan fáciles de engatusar.

Las clases pasaron rápidas como siempre, y Daniel se fue inmediatamente luego del término de estas a su casa.
Al llegar a su “mansión” se quedó un rato por allí, pululando en el muy bien cuidado jardín, su abuelo se hallaba en un viaje de negocios, y la mansión estaba llena de serviles empleados que todo lo que pretendían era ganarse su favor para subir de puesto.
Y sinceramente ahora no tenía ganas de lidiar con ellos, por momentos volvía a crecer en él una explosiva rabia contra el mundo ¿Por qué a él? ¿Por qué rayos había nacido en un mundo tan deteriorado como ese? ¿Y porqué había tenido que ser un vil humano? ¿Por qué simplemente no había sido una lombriz, o una rosa? Pensó mientras miraba los hermosos rosales del jardín, envidiando a las rosas por su ignorante quietud.



¡Por fin! Su trabajo le ofrecía frutos por fin, luego de haber estado todo el día siguiendo a ese humano para nada, y ahí estaba, la sombra asediando al humano, preparando su aura emotiva para transformar sus deseos….de un salto salió de donde estaba y se paró en frente de la sombra, esta como era obvio percibió su presencia y se abalanzó sobre ella, ella la esquivó de un ágil giro mientras la analizaba, era una poderosa, muerte…por fin tuvo listo lo que necesitaba para vencerla y una especie de esfera blanca comenzó a formarse en sus manos mientras esquivaba las constantes embestidas de la sombra…


Eso no podía ser, se dijo a si mismo Daniel mientras observaba pasmado la escena que se desarrollaba delante de sus ojos, una escena que podría ser digna de una mala película de terror, o de una extraña pesadilla, “la guapa chica contra la sombra parte I”… Era casi ridículo, y sin embargo… ahí estaba… frente a él, casi haciendole burlas, tan nítido como si fuera real, en vez de su alocada imaginación.
No, absolutamente eso no podía ser real…

"Nindë Tinehtelë" El Extraño Libro...

-capitulo uno-


”El Extraño Libro"










"Estoy sola contra el" pensé sintiendo, por un momento, un acceso de pánico, que desapareció enseguida. No, en ese momento menos que nunca podía darme el lujo de ser débil.
Cuanto habían tenido que perder mis amigos por esta guerra, todo aquello por lo que había pasado mientras viajábamos juntos, "Nick" Estaba lista para darlo todo en el ultimo intento desesperado. Cuando, como si me lo hubiesen susurrado al oído, recordé palabras que se habían dicho hace mucho tiempo y no a mi precisamente, palabras que sin embargo sabía, por coincidencia o más bien por cosa del destino, palabras que se acumularon espesas en mi mente, tratando de dar paso a una idea que no quería surgir, que parecía querer quedarse allí por su eternidad… Y sin embargo ver como mis amigos yacían a mi lado inconscientes, indefensos, prendió en mí la chispa de desesperación faltante para que mi surgente idea se terminara de alumbrar.
"¡Ya lo se!" pensé triunfante

- Hasta cuando no vuelves a la tierra Amy, ¡te acabo de pedir algo! – apremió la en ese momento desagradable voz de mi madre desde algún lugar de la casa.
-¡Ya voy!- grité algo molesta desde mi habitación, mientras pensaba en lo verdaderamente feliz que me hubiera hecho si realmente hubiera tenido que “volver a la tierra” para atender las quejumbrosas peticiones de mi madre.
Pero como siempre, yo seguía metida en este tedioso mundo, bastante distraída es verdad, pero aquí al fin y al cabo.
Y nuevamente me había visto obligada a salir de mi “alucinante” ensueño, justamente cuando estaba apunto de descubrir la manera de derrotar a ese odioso mago… Suspiré, mi madre y sus tonterías tenían la curiosa habilidad de irrumpir en mi espacio precisamente en los mejores momentos.
Aunque la verdad, reflexioné enseguida, es que momento en que se le ocurra llamarme siempre interrumpirá algo importante, porque así vivo yo, constantemente entre una ensoñación y otra, todas para mi igual de importantes, a pesar de su evidente irrealidad…


Era curioso, como aun a los 15 años, yo seguía soñando con hadas y dragones… Pero nada le podía hacer, yo era así y punto.
Tampoco es que el detalle de estar la mayoría de mi tiempo fantaseando me hiciera muy distinta a los demás, por lo menos no todo lo distinta que yo quisiera. Con mi normal estatura (de 1,65 mtrs… muy dentro de la media) pelo castaño liso, ojos de un común verde pardo, mirada atontada y distraída, facciones que me hacía ver menor y más inmadura de lo que soy, condición física promedio, moderada cantidad de amigos, ninguna facultad mental o física impresionante, y humana hasta el último pelo… Yo era lo que podría definirse, para mi más absoluto fastidio, como una chica completa y exquisitamente normal. Sin nada destacable, a excepción que se pueda considerar destacable ser una lectora compulsiva, (siempre “tengo” que tener algún libro a mano, sólo por si acaso), medio desquiciada, e hiperactiva. O el hecho de que me encantaba imaginarse que vivía en alguna especie de mundo mágico con poderes especiales, y que por eso resultase castigada siempre, Me encogí de hombros a la vez que bajaba las escaleras de dos en dos y me sumergía en mis pensamientos más profundos.


Tomé el papel y se lo llevé a la “bruja”…Ah que ironía de vida, una que vive queriendo conocer una bruja de verdad y le colocan este simulacro que nada más pareciera tener pregrabadas frases como “Estas castigada” “hija ¿te puedo pedir un favor?” “¿Cómo se te ocurre hacer eso?” Sonreí a pesar de mis pensamientos mientras entraba en mi pieza, tampoco me podía quejar mucho de mi madre, yo la quería mucho…
Mi mirada se poso en la ventana y avancé hasta allá ya completamente distraída… pensaba en el libro que acababa de leer, yo siempre había sido consciente de mis ausencias en el mundo real, pero aun a sabiendas de eso también me había percatado que desde que leyera ese libro la semana pasada, mis “ausencias creativas” (como me gustaba llamarlas a mí) habían aumentado de forma evidente.
Constantemente me pillaba a mí misma imaginando como resolver el final del libro, conmigo como personaje principal, (como hacía antes de que mi “linda” madre me interrumpiera).
Y esto se debía principalmente a que, para mi consternación el libro no estaba terminado, quedaba a la mitad y listo.
Nada para saciar mi sed de aventuras, mi sed de información… Y sin embargo este detalle me servía para imaginar locas teorías, en donde el libro siempre resultaba ser una historia real, en la cual los personajes llegaban de improvisto saltando por mi ventana, (justo donde yo estaba ahora) para invitarme a participar.
Aunque al final siempre me convencía de que era absurdo y me regañaba por no estar más que pensando en tonterías, como solía decir mi madre, aun así me gustaba soñar…

Este libro del que hablaba ahora, era uno que traía una cubierta de un libro que se titulaba “biografías de gente de un pueblo demasiado aburrido” y no tenía autor, me lo había llevado de la biblioteca confundido entre algunos libros para la escuela, en un error.
Era un libro colosalmente grueso y no tenia la más mínima intención de leerlo, obviamente a mí me gustaba leer, pero cosas interesantes.
Sin embargo luego había pasado algo muy curioso, que me había hecho cambiar de opinión. Cuando iba a tomarlo la sobre-cubierta se me resbaló dejando a la luz la “verdadera” cubierta, que era la de un libro viejo y sin titulo pero que de alguna forma me inspiró un profundo respeto, lo había abierto para ojearlo, pero mientras ojeaba el libro se vi súbitamente interesada y terminé leyéndolo completo, el cuento trataba así (aunque bastante resumido):


Hace mucho tiempo en un mundo apartado existía un grupo de jóvenes magos nacidos bajo la influencia de la energía superior.
Estos magos y brujas eran especialmente poderosos. Juntos estos magos, luego de terminar su entrenamiento, decidieron viajar por todo el mundo. Vagando descubrieron información sobre unas piedras que les proporcionaban grandes poderes, muy felices por su suerte, y ambiciosos de nuevas aventuras, investigaron a fondo el tema, escucharon cada mito, leyeron cada libro existente sobre ellas. Tanto hicieron que en poco tiempo ya sabían todo lo que se podía saber sobre aquellas piedras, desde donde estaban, hasta todas las funciones conocidas que se le atribuían (todos poderes maravillosos, se contaba que las piedras tenían poderes para revivir a la gente, prolongar la vida, dar poderes ilimitados…Se rumoreaban hasta cosas como que a cada piedra tenía atribuciones distintas). Lastimosamente, pronto se les presento un problema, la cantidad de piedras existentes, según todas las fuentes, eran seis y la cantidad de magos, era de siete…Una a una fueron encontraron las piedras y uno a uno los fueron escogiendo,(cosa del destino o de la suerte) a pesar de que las leyendas hablaban de eso como un extraño fenómeno. Mientras encontraban las piedras una tras otra, y se veían enfrentados a la evidencia de que aparentemente ellos estaban “destinados” a poseer tales piedras nunca dejaron de buscar la solución al gran problema, lo buscaron sin descanso, pero todas las fuentes de información apuntaban a lo mismo y lamentablemente eso ya no se podía negar, tendrían que asumir que uno de ellos, por muy amigos que fuesen… no gozaría de los mismos poderes que el resto.

Cuando encontraron la última piedra (que era aparte la más poderosa de todas) esta eligió al que considero mas apto, pero esto no le agradó para nada al último mago, y este (a pesar de saber que las piedras escogían por medio de magia antigua por lo tanto no cometían equivocaciones, y que también gracias a la misma magia antigua el dueño era inseparable a ella una vez que se les unía) exigió que se la entregaran en un arrebato de furia, pero el resto de los magos ya nada podían hacer.
Sabiendo que la piedra ya había escogido, sabiendo que ya no había mas piedras y encolerizado, se sintió profundamente traicionado, un sentimiento de odio intenso nació en el, se separó del resto y juró venganza, sin embargo no se le volvió a ver.
Se descubrió que los poderes de las piedras eran verdaderamente distintos entre ellos, y que cada piedra dominaba sobre algún elemento básico, aquellos poderes eran; agua, fuego, tierra, roca, viento y luz.
El caballero luz bien llamado “Madtriem” tomó el mando del grupo de magos, al ser estos magos más poderosos que el resto y al desear que la paz perdurara a su alrededor. Los magos asumieron la misión de solucionar los conflictos que surgían en todo el mundo, incluso solucionaban altercados que involucraban no solo dos reinos si no también dos especies (ya que este mundo era habitado por una infinitud de ellas) desterraron a las especies problemáticas, sanaron pestes, todo florecía a su alrededor, no parecía haber nada que ellos no pudieran solucionar y el mundo se convirtió en un lugar hermoso donde la gente se acostumbró a confiar en ellos para todo y donde pronto se olvidó la palabra guerra, no existía persona que los desconociera, “Los seis Magos” o “Los Elementales” así eran llamados por la gente que los adoraba y respetaba.
Pero como la historia nos ha enseñado ya muchas veces, nada es eterno, finalmente todo encuentra su final y el mundo es un equilibrio donde tienen que convivir lo bueno y lo malo, la luz y la oscuridad, donde para la creación tiene que haber destrucción y viceversa, por lo tanto la paz en el mundo un día simplemente acabó.

Con el tiempo algunos de estos magos murieron, (por decisión propia pues justamente una de las atribuciones de las piedras era prolongar la vida hasta límites aun no descubiertos) cuando eso pasaba el caballero Madtriem (o luz) se limitaba a guardar las piedras hasta que ellas mismas escogieran al próximo indicado.
Fue así como finalmente quedaron nada más que la dama agua o “Yülaeisha”, la dama viento o “Filver” y el caballero “Madtriem”.

Empezaron a haber disturbios en diferentes partes del mundo, pero para cuando “Los Elementales” se enteraron, era demasiado tarde, el último mago había vuelto, cambiado muy cambiado.
Pues luego de vagar guardando rencor durante años, había terminado internándose en las profundidades del mundo donde por fin había finalizado su búsqueda. ¡La había encontrado! la piedra que tanto había deseado, pero esta piedra era algo distinta de las demás, era la piedra de la oscuridad, y tenía la conciencia más despierta que el resto, una conciencia malvada y muy peligrosa.
Y al encontrarse con este ser tan carcomido por la avaricia, la tristeza, el rencor y los celos, pensó que seria presa fácil y lo aceptó como portador, como era evidente, él no lo pensó dos veces, era su oportunidad, la única oportunidad que tendría para que sus antiguos amigos pagaran cara su traición.
Sin embargo, al unirse a la piedra una oscuridad tremenda lo cubrió, borró de él los sentimientos como la esperanza, el amor, la piedad y la bondad. Apagó la luz de su corazón y lo convirtió en un ser malvado, frió y déspota, con ambición de dominar y destruir el mundo.

Buscó colaboradores en la oscuridad y se encontró con criaturas tan sombrías y malignas que cuesta describirlas, criaturas sedientas de sangre, guerra y venganza por haber sido expulsadas. El mago que poseía la piedra de la oscuridad se llamo “Shuträk”, guió a sus ejércitos contra la paz que habitaba en ese mundo.
Destruyendo o haciendo flaquear a los más débiles y logrando que el resto corriera a esconderse, pillando desprevenida a la gente que habitaba el mundo, llenando de pavor los corazones de esta gente que ya no conocía la guerra y que estaba ya acostumbrada a que los Elementales solucionaran todos sus problemas, pero los magos no llegaban y así Shuträk tomó fácilmente todo el poder en el mundo, estableciendo una cruel dictadura.
Los tres magos restantes que poseían las piedras de poder se enfrentaron a él, pero este eliminó fácilmente a la dama Yülaeisha y a la dama Filver. Madtriem que antiguamente había sido el mejor amigo de aquel mago, trató de hablar con él, de convencerlo que el poder de esa piedra le hacía mal, Shuträk no lo escuchó, carcomido como estaba por la oscuridad, todo lo que le decían lo tergiversaba o usaba para mal, por eso no escuchó a Madtriem, y se quedo firmemente aferrado a su errada posición.
Por su parte, Madtriem se hallaba terriblemente contrariado, pues no entendía muy bien lo que sucedía, no entendía porque su amigo se empeñaba tanto en destruir el mundo, (mundo que nunca había sido especialmente cruel con él), pero creía que tenia algo que ver con aquella piedra que su amigo había encontrado.
Y no creía eso sólo por la oscuridad que emanaba la piedra o porque no hubiera registro alguno de ella, ni siquiera lo creía porque pareciera lo lógico, sino, porque le bastaba mirar a los ojos de su amigo para saber lo mucho que estaba sufriendo, todo el dolor que lo rompía por dentro. Y aquello lo hizo sentir terriblemente culpable, pues, él había sido al que había elegido la ultima piedra por sobre su amigo y a pesar de que no era su culpa, se sentía culpable por no haber podido ayudarlo.
Cuando su amigo había desaparecido, él había sufrido más que ninguno la pérdida. Y su mirada se había posado a menudo en el horizonte con la esperanza de que algún día volviese.
Por eso, cuando lo miro y supo que ya no había vuelta atrás, cuando supo que su amigo jamás volvería, que él ya no podría hacer nada por ayudarlo y es más, que tendría que ser él mismo quien lo destruyera… Sintió un dolor como si algo se rasgara en su interior y ese dolor, ese sentimiento de culpa no mitigó nunca y se quedó alojado para siempre en su interior.
A pesar de sus esfuerzos por evitar esa instancia Terminal por todos los medios, al final no tuvo otra elección que luchar con el que antes había sido su gran amigo.
Fue así como se batieron en un duelo a muerte...
Pero ambos eran demasiado poderosos y el mundo no estaba preparado para soportar este tipo de batallas, el choque de energías fue tan brutal que creó un quiebre en la realidad de su dimensión, y era tal el magnetismo del portal, que ni siquiera ellos, tan poderosos como eran, podían estar cerca sin ser absorbidos por el.
A mitad de combate tuvieron que jugarse la vida para salir huyendo de una energía mayor.
Cuando todo había terminado y por fin el portal se había cerrado, Madtriem se enteró del caro precio que había tenido que pagar, su piedra, la piedra luz había desaparecido, no tuvo tiempo para preguntarse como, ni porque había sucedido aquella desgracia, pues Shuträk tampoco demoró en enterarse, seguían estando a mitad de combate.
Habiendo perdido la piedra, sus fuerzas se debilitaron, pero no se extinguieron, le quedaba bastante energía para escapar.
Logró escapar llevando consigo las piedras de fuego y tierra, con la esperanza de que eligieran a las personas que tuvieran el poder suficiente para controlarlas sin corromperse, esperando con todo su corazón que los nuevos portadores, la última esperanza del mundo, contaran con el poder para eliminar a Shuträk.

Shuträk habiéndose apoderado del resto de las piedras, asumió el control, demacró el mundo, lo llenó de oscuridad e infelicidad y dejó que sus horripilantes aliados lo habitaran.
Este también esperó a que las piedras con las que se había quedado (que eran las 3 restantes) se le rebelaran a alguien.
En su caso, las piedras apenas demoraron en revelarse, Y una vez que se hubieron rebelado las piedras agua, viento y roca, ante tres inocentes jóvenes. (A las que él llamó igual que sus antecesoras Yülaeisha, Filver y Yeckträv respectivamente) ellas comenzaron inmediatamente a entrenar y aprender magia con él.
Pero pronto se dieron cuenta de quien era, cuando eso paso, le tuvieron miedo y se sintieron engañadas, se negaron a que él siguiera siendo su maestro.
No tuvieron en cuenta que él era demasiado ingenioso y poderoso, que no podían enfrentarse a él. Las sedujo y amenazó para que se unieran a su bando, luego las torturó y manipuló con su oscuridad, hasta que tuvieron una mente casi tan retorcida y macabra como la suya.
Después, sólo cuando ya las tenia bajo su control, les enseñó a ser poderosas y a aprovechar al máximo sus habilidades.

Nindë Tinehtelë, Prefacio.



Prefacío, Capítulo0...



Líbrate…
Líbrate de la magia en tu cabeza
Líbrate de la magia que has aprendido
Líbrate de la magia con la que has soñado
Busca el sentido a la razón y la razón al sentido,
Siente la lógica, siéntela no la pienses…
Busca eternamente la razón de tu universo,
Mas, aprende desde un comienzo que jamás la encontraras,
Busca respuestas, pero no formules la pregunta en palabras,
Pues entonces de igual manera han de venir las respuestas…
Espéralo todo, mas, aprende que la nada es mejor…
Busca las fronteras del infinito de tu mente, y recházalas
Sobrepasa los límites...
¡Ve más allá! Atrévete si es lo que quieres…
Y tendrá que ser lo que quieras…
Porqué si no, de nada sirve tu presencia aquí…
Y de nada servirán tus sueños acumulados por años…

"Cazadores del Apocalipsis", Prefacio...

Capitulo 0, Prefacio: Misión de Reclutamiento.






Margaret es una mujer humilde, tiene treinta y ocho años, y posee un aspecto sumamente amable, con sus mejillas rojizas y sus delantales de colores con los que suele vestir a diario. Ella, es una típica dueña de casa, estricta y cariñosa, muy trabajadora. No tiene mucho y lo poco que tiene lo sacrifica en la crianza de su única hija, a quien quiere profundamente, y considera el tesoro de su existencia.

La vida no ha sido buena con Margaret, a pesar de haberse casado por amor, se casó muy joven y su marido, George, nunca ha llegado a ser nada más que un humilde barrendero. Las cosas eran difíciles en el día a día, pues Margaret además de cuidar de su hija y la casa durante la luz del día, se veía también obligada a trabajar de noche como camarera de un cabaret…no, no era una de esas chiquillas que se andan desnudando para que los ojos codiciosos de hombres necesitados las devorasen. Sino que simplemente una camarera, además, tampoco poseía el físico necesario para ese tipo de trabajos, pues su cuerpo había quedado bastante deteriorado luego de su embarazo. Si, definitivamente Margaret no es ninguna belleza, solo una mujer común y corriente que se esfuerza por sacar adelante a su familia…
Margaret y George, se casaron cuando tenían diecisiete años, y desde entonces se han amado profundamente, en las buenas y en las malas, en la esperanza y desesperanza, tal y como les había dicho el sacerdote al unirlos en sagrado matrimonio. Recién casados, Margaret y su marido arrendaron un pequeño departamento, donde desde entonces vivirían sus mejores y peores momentos.
Había pasado un buen tiempo hasta que por fin Margaret quedó embarazada, dando luego a luz a la pequeña Kate, quien se convirtió en la luz de la vida de sus padres…

-¡Mamá, mamá! Mira lo que atrapé- dijo la pequeña Kate a su madre antes de que esta saliera al trabajo una noche, Margaret abrazó a su pequeña, que estaba cada vez mas grande, Kate ya contaba con ocho años, era una niña hermosa, cariñosa y con una gran imaginación…
-¡cuidado mamá lo vas a aplastar!- le dijo indignada la chica a su madre mientras intentaba salirse de su opresor abrazo. Margaret soltó a su pequeña y le dijo - ¿y que se supone que voy a aplastar?- la pequeña no respondió, simplemente le enseño a su mamá un hueco entre sus pequeñas manos indicándole que mirara, la mujer miró intrigada el huequito entre la manos de su hija esperando encontrar un bichito o algo, pero vio nada.
Sin embargo la niña la miraba con sus ojitos relucientes en expectación, Margaret sonrió amablemente a su hija y le dijo – ¡Que lindo mi niña! ¿Dónde lo atrapaste?- la niña exhibió una esplendorosa sonrisa antes de contestar.
Volaba sobre la cabeza de papi- dijo con su infantil y aguda vocecilla
.- ¿Y se lo enseñaste ya a tu papi? seguro que le gustaría verlo- La niña asintió con la cabeza y salio disparada en busca de su padre, pero Margaret la tomo del brazo antes de que se largara…
¡Eh señorita! ¿Qué no piensas despedirte de tu madre antes?- Kate paro para depositar un breve y sonoro beso en la mejilla de su madre, antes de salir disparada de nuevo hacia el comedor donde se hallaba su padre.

Margaret estaba teniendo un día tranquilo en el trabajo. Había poca clientela así que le habían dado permiso para atender la barra en vez de estar de camarera. Siempre le había gustado la barra, era un lugar tranquilo donde rara vez recibías una caricia indeseada o una mirada indiscreta, pues por lo general la gente que estaba en ella, estaba tan ebria que escasamente le importaban esas cosas.
Esta noche sólo había dos personas en la barra, una joven señorita que disfrutaba de una copa mientras conversaba animadamente con Margaret y un anciano ya veterano que iba todas las noches a tomar y al que había que sacar a rastras todas las noches…
Entonces un desconocido se apoyó en la barra, Margaret dejó su conversación con la chica para ir a atenderlo.
El tipo vestía normal, sólo quizás demasiado oscuro, parecía un hombre apuesto, pero no en exceso, o eso pensó Margaret hasta que vio su rostro, entonces solo una palabra se grabo con fuego en su persona.



>>“Atracción” <<




Margaret lo miró ya casi sin ser conciente de lo que hacía, y el extraño solo sonrió, la mujer, completamente embobada por la presencia del enigmático hombre, salió de la barra para ir a parar junto a él. El le regaló una enigmática sonrisa.
-Un regalo a cambio de otro regalo – susurró con tentadora voz ultraterrena a la vez que le ofrecía su mano, Margaret tuvo un sólo segundo de duda, segundo en que su corazón le grito que se detuviera, pero no, el deseo era demasiado fuerte, la atracción abrumadora…Ella solo se dejo llevar por sus deseos, en ese momento no recordó a su marido ni a su hija, ni siquiera a si misma, su moral o su ética, solamente sus deseos tenían importancia y haría lo posible por satisfacerlos.



>>Lujuria, placer, satisfacción, desenfreno, locura, atracción, cansancio, desesperación…<<



A las cinco de la mañana Margaret volvió a su casa, apenas si tuvo tiempo para llegar a su habitación antes de caer desplomada sobre su cama.
Al día siguiente, cuando Margaret despertó sólo tenía una cosa muy clara, había engañado a su marido, le había sido infiel, y lo peor es que no entendía porque, ni como había sucedido aquello.
Ni siquiera recordaba el rostro del extraño con el cual había pasado la noche, supuso que la había drogado o algo así, todo sea con tal de quitarle peso al asunto… Aun así había una cosa que Margaret si recordaba, y era que esa había sido la mejor noche de su vida, aunque jamás lo admitiría ni siquiera ante si misma, de hecho jamás le contaría a nadie lo ocurrido aquella noche, seria su secreto y se lo llevaría a la tumba…

Un largo mes había pasó desde que Margaret había tenido aquel extraño encuentro, y la verdad, entre todas las labores del día a día ya lo tenia olvidado, y si de pronto por alguna situación llegaba a reincidir en su memoria tal episodio, volvía a quitarle importancia rápidamente, diciéndose a si misma que solo había sido un sueño y que aunque hubiera sucedido de verdad ya no tenía importancia…

Era tarde ya cuando Margaret volvió totalmente agotada del trabajo, esperaba entrar en una casa totalmente oscura, como era siempre, pues a esa hora su esposo y su hija se hallaban dormidos hace rato.
Por lo que no fue poca su sorpresa cuando descubrió al llegar que la luz de la sala de estar se hallaba prendida, bastante asustada y no poco nerviosa ante la posibilidad de lo que podría encontrar allí, Margaret se acercó lentamente a la sala. Una vez dentro de ella su mirada recorrió con rapidez la pequeña habitación en la cual sólo había un par de sillones.
Por un momento suspiró aliviada pensando que a su marido sólo se le había quedado encendida la luz, entonces reparó en la figura que sentada muy cómodamente sobre su sillón la miraba penetrantemente.

Por más de un minuto olvidó respirar y sólo pudo mirar a ese extraño de ojos rojos, con los propios abiertos como platos antes el profundo impacto.
Pues a pesar de que su mente no guardaba recuerdo alguno de su imagen, al instante reconoció en él al hombre con el que había pasado esa maravillosa y extraña noche. Apenas si podía mirarlo con terror, incapacitada de decir cualquier palabra, cuando para su absoluto horror por una de las puertas salió su hija, completamente vestida y cargando una pequeña mochila, la niña miró sonriendo a su madre.
No te preocupes mamá este amigo tuyo ya me dijo que tendría que ir un tiempo de viaje con él, los voy a extrañar, pero seguramente lo voy a pasar bien…gracias mami por dejarme ir- le dijo con su voz infantil saturada de emoción. La mujer miró con pánico a su hija y luego con suplica al hombre.
No- fue lo único que pudo articular en tono suplicante.
El hombre la miró inexpresivamente…
Te lo dije, un regalo a cambio de otro, tuviste lo que querías, ahora vengo a cobrar mi precio- le habló, su tono de voz convertido en algo totalmente inhumano. Los ojos de la mujer se llenaron de lagrimas y por primera vez la niña la miró alarmada.
- ¿Mamá? ¿Mami que pasa?- la mujer extendió la mano hacia su hija y esta quiso dar un paso hacia su madre, pero el hombre la tomó en brazos y la sujetó con firmeza.
- ¡Kate!- fue todo lo que alcanzó a decir Margaret antes de que su niña, su luz, su tesoro desapareciera junto a aquel extraño, como si nunca hubieran estado ahí.
La culpa abrumó a Margaret haciéndola caer de rodillas, mientras innumerables lagrimas surcaban su rostro, era su culpa y lo sabía, era culpa de su poca firmeza, de su naturaleza y se sus deseos, y por mucho que ahora la desesperación la oprimiera por dentro, ya nada podía hacer. Había hecho una mala jugada en el juego de la vida, había perdido y su pequeño tesoro se había ido para siempre.
Derrotada, a Margaret no le quedo otra que asumir su error y su perdida….

Toc Toc... ¿Se puede? Me vengo a presentar...^.^

Hola!!!

Bueno, creo que lo mejor para iniciar una presentación, es iniciar con el siempre clásico y aceptado hola... aunque claro si nos disponemos a darnos la vuelta, también podría decir buenos días, tardes, noches...etc... Pero, me sale muy largo y como soy una persona económica de palabras (esa no me la creo ni yo xD) lo mejor es comenzar con el siempre amable y adorable hola!...

¿Y ahora como seria conveniente seguir?...

Podría preguntarles retóricamente como están, pero sería una perdida de tiempo idiota xD jajaja ( además de que después me quedaría con la duda de sus respuestas, y como soy una persona medio entera obsesiva, luego estaría todo el rato preguntándome que habrían respondido, y de tanto preguntarme eso ya no podría dormir, y luego me convertiría en un zombi, y mordería a un amigo y el se transformaría en zombi, y mordería a su amigo, y y...OK, creo que ya me entienden xD) … Así que mejor sigo con la presentación…

Mi nombre es Francisca, tengo 16 años, mi estado civil es... ok ok creo que eso no jajaja (*Fran se vuelve a centrar en el asunto*) bueno, yo soy aficionada a… muchas cosas en realidad, pero entre todas ellas una de las que más disfruto es mi afición a escribir… (y a leer obviamente)

Escribo variadas cosas sobre diversos temas, pero principalmente abro este blog para compartir con ustedes dos de mis historias, ambas que se llevan una parte de mi y ambas que les ofrezco para que; Las critiquen, destruyan, adulen, feliciten, escupan (ey! Mejor que esa no…porque es ¡puaj!) Insulten (aunque si van ha hacer eso…mejor no me coloquen caritas feas, que esas me trauman ^^) en fin para que, en resumidas cuentas, opinen lo que quieran sobre ellas… (Mmm... ahora que lo pienso, podría haber empezado por esto)…

Y básicamente eso… Ahora los invito a que abandonen su mundo y me acompañen en mi viaje a otros nuevos… que aun les son desconocidos…

(Aww!! Que bien me quedo esa invitación! >.<)

En fin, los invito a pasearse por acá y dejarme luego su sincera opinión... =D



Se cuidan montones.

Besotes…

Chaolin…^.^