Presentación...

Presentación...
Portadas...las hice con cariño, así que no se quejen si no están muy lindas ^^

"Cazadores Del Apocalipsis", Capítulo 3

Y haré trampa, como siempre demoró más con los de N.T (que son más largos) subiré ahora altirin el siguiente capi de este ^^.... jajajajaja espero q guste!



-Capítulo Tres-


Misión Informativa.




-¡Noitre!

>> ¿Y ahora que le pasa a la loca?<< pensó Daniel, mientras observaba a la chica gritar esa palabra desconocida al aire. Se encogió desde donde estaba, ya no sabía que esperar de esa chica tan rara, lo más probable es que ahora estuviera diciendo un hechizo en algún idioma perdido o algo por el estilo, se preparó mentalmente para enfrentar cualquier nuevo fenómeno en su antes tranquila vida, se dijo a si mismo que esta vez se lo iba a tomar con calma, pero, nada sucedía.
… espero y espero…y aun así nada pasó, un poco más esperanzado, Daniel se puso de pie e inspeccionó fingiendo un ademán distraído, a la chica, quien no parecía entender tampoco porque no había funcionado su maniobra, ya que miraba pensativa el techo y tenía al seño profundamente fruncido.
Daniel, por fin acostumbrándose un poco de las extrañas cosas que le estaban pasando, recupero su habitual temperamento arrogante, y miró a la chica sonriendo burlón
-¿Qué te pasó pequeña loca de patio? ¿Tus súper poderes no funcionan? ¿Por qué no pruebas mejor con abra cadabra? Eh escuchado que ese es bastante útil – le dijo mientras se cruzaba de brazos y alzaba las cejas, sin embargo, su odioso comentario no tuvo el efecto deseado, la chica no gritó, lloró, o se enojó, ni siquiera le lanzó una miradita envenenada…para ser sinceros, en verdad lo ignoró completamente, tanto así que Daniel se preguntó si la chica lo podía ver o repentinamente él se habría vuelto invisible o un ser inadvertido para ella.
El pensó que esa posibilidad lo tendría que alegrar (ya que se estaría librando de aquella extraña niña de una vez por todas) no obstante, y sin entender el porque de la cuestión, de pronto el pensamiento de que ella desapareciera de su vida como todo el resto le pareció profundamente descorazonador.
Se deshizo rápidamente de la idea, era ridículo, sobre todo porque él hace tiempo que había dejado de necesitar a cualquier persona, aunque fuera una extraña y misteriosa chica salida de la nada que…, si, el tenia razón, se convenció a si mismo, de verdad que no necesitaba a esa chica para nada, incluso aunque se sintiera más curioso e interesado en ella de lo que estaba dispuesto a admitir.
De todos modos (a pesar de que a él “no” le interesaba ella para nada) se vio aliviadoramente distraído del tema cuando ella suspiró ruidosamente como si acabara de perder un intenso debate interior, y volvió a mirar el techo, esta vez como si este fuera su acérrimo enemigo. Daniel temió que hubiera decidido que era el techo de la habitación el que le impedía hacer sus extrañas magias y finalmente se hubiera decantado por derrumbarlo aun estando ellos bajo el mismo. Sin embargo lo que hizo a continuación la chica, terminó de indicarle a Daniel que las sorpresas del día aun no estaban por terminar y que lamentablemente él aun no parecía tener el derecho de entender lo que estaba sucediendo.
-Esta bien, ya sabía que tendría que hacer esto, deja de hacerte el interesante y ven de una vez Noitre, necesito tu ayuda – dijo ella como si estuviera conversando con su amigo imaginario, Daniel la miró alarmado ¡Dios, la chica verdaderamente estaba loca!, ella suspiró nuevamente antes de agregar.
-Luego de esto, te quedare debiendo un favor- Daniel no pudo evitar mirar con curiosidad el extraño delirio de la chica, de verdad que parecía asteada por tener que pedirle un favor a ese amigo imaginario suyo… que extraño, se dijo pensativo.
Entonces resonó un fuerte ¡plof! Por toda la habitación, Daniel, a pesar de haberse dicho a si mismo que no se iba a asustar por nada más ese día, volvió a retroceder alarmado, (entre medio de un montón de humo que había salido de la nada) hasta uno de los rincones de la amplia habitación.
Cuando el humo por fin se hubo ido por las ventanas y diluido lo bastante en el ambiente como para que Daniel pudiera ver con suficiente claridad lo que estaba pasando dentro de su habitación, él estuvo apunto de gritar por la sorpresa, (aunque si lo pensaba bien, ya nada le debería sorprender)
Ahora, junto a la chica y obviamente también dentro de su habitación, había otro tipo extraño.
El nuevo visitante no invitado en la pieza de Daniel, era muy bello, tanto como lo era la chica y también poseedor de una poderosa presencia sobrenatural… pero, aun así, no parecía ser del todo igual a lo que había sido la chica anteriormente (cuando su cabello era negro azabache y sus ojos rojos) observo Daniel reflexivamente mientras clavaba los ojos en la nueva aparición.
Los rasgos del chico; su cabello rubio platinado casi blanco, su marmórea piel, sus intensos ojos rojos, y su imponente postura, a pesar de ser rasgos que le aportaban una obvia apariencia tan inhumana como lo había sido la de la chica, no eran tan etéreos o tan místicos como le habían parecido anteriormente los de ella, aunque si, mucho más aterradores, pensó analizando con cuidado la situación, para estar preparado por si alguno de los dos lunáticos inquilinos que había en su habitación decidía prestarle de nuevo algo de su atención y hacer algo entretenido con él, como por ejemplo, intentar matarlo.

El nuevo extraño miró a la chica y sonrió ampliamente, pareciendo de alguna manera mucho menos aterrador. Pasó su brazo alrededor de los hombros de ella en un ademán que los hizo parecer muy familiares el uno con el otro, ella soportó que el le abrazara con un inexpresivo semblante…
-¡Ey Kate! Sigues teniendo el mismo exquisito aroma de siempre- le dijo en tono lascivo acercándose mucho a ella, entonces frunció el seño profundamente y se hecho hacía atrás para observarla absolutamente atónito…
-¡¿Qué rayos?!- dijo mirándola – Kate… ¿Qué te pasó? Pareces…humana- le dijo como si eso fuera la peor atrocidad del mundo, la chica suspiró con cansancio.
-Por eso mismo te he llamado, quiero saber que me pasó… esto es extraño, estoy en mi cuerpo humano, eso lo se, pero no me he vuelto humana, por lo menos no del todo, pues aun tengo mis poderes- le dijo la chica, Daniel estaba ya tan confundido que había dejado de intentar entender algo hace un buen rato, pero igualmente se sintió interesado por la conversación que mantenían los dos extraños. Por lo menos, ya le parecía que empezaba a tener dos certezas dentro de todo ese enrollo, la primera era que al parecer la chica se llamaba kate y su amigo imaginario que había resultado no ser tan imaginario Noitre…y la segunda era que ni ella ni su extraño amigo eran humanos, de lo segundo estaba más que seguro, aunque en realidad no sabia que clase de criaturas eran, ni que intenciones tenían, ni siquiera podía saber todavía si eran “buenos” o “malos”… en fin, Daniel siguió prestando atención a la conversación de los dos extraños, no se le fuera a escapar algún detalle importante… El tipo nuevo, había abandonado toda jovialidad y familiaridad que podía haber poseído antes, ahora parecía bastante serio y profesional…
-Tienes razón- le dijo pensativo – esto es muy extraño… nunca antes había visto que esto le pasara a ninguno de los tuyos ¿hay algo que lo haya provocado que tu sepas? ¿alguna circunstancia especial?- le pregunto él a Kate, ella se giró inmediatamente hacía la esquina en la que estaba Daniel.
Daniel, al sentir que los ojos de el par de inhumanos seres se posaban con intensidad sobre él, sintió como un escalofrío espantoso le bajaba por la espalda, se encogió un poco en su esquina y comenzó a sudar frío, nunca le había gustado su vida, siempre la había despreciado y se había dicho a si mismo que la única razón por la cual no se suicidaba es que eso sería un acto cobarde, nunca había pensado que en realidad la apreciaba tanto, nunca se había dado cuenta hasta ese momento que había algo dentro de él, que se negaba profundamente a morir sin antes haber conocido un mínimo de felicidad en esa vida.

Kate miró apenada al pobre humano, él estaba aterradísimo y con razón, pobrecillo. Luego su mirada se clavó en Noitre, nunca le había agradado estar con él, ya que parecía tener un excesivo interés en ella, sin embargo él era serio en su trabajo y además era algo así como lo que los humanos llamarían su supervisor.
No tenía nadie mejor a quien acudir en casos como esos, sin contar que así era como se debía actuar, ella lo sabía y no deseaba para nada desobedecer sus enseñanzas, no era como si pudiera tampoco.
En esos momentos Noitre miraba atenta y suspicazmente al humano, clavando profundamente sus ojos en él.
-¿El puede vernos, cierto?- le preguntó a Kate profesional y fríamente, era así como Noitre era en realidad, por lo menos con la mayoría de los que lo conocían, sólo que por alguna razón, siempre había sido distinto con Kate.
-¿Lo esta poseyendo alguna sombra? – preguntó a ella mirándola directamente, kate negó con la cabeza antes de responder…
-No, ya probé con los buenos deseos, pero el seguía pudiéndome ver aun luego de ser purificado, luego… yo quedé así después de que él me tocara ¡me tocara! Como si para empezar eso fuera posible… a lo mejor el no es humano en realidad… ¿Qué opinas tu?- dijo kate ahora mirando a Daniel como si fuera diez veces más interesante que antes. El chico se removió en su lugar, la mirada de ella lo hacía sentir profundamente incomodo, era como estar desnudo ante ella, como si no se pudiera guardar nada para si mismo en su presencia…como si ella lo entendiera todo sobre él, aun sin tener su permiso y mucho menos conocerlo.

Noitre estuvo de pronto junto a Daniel, no había echo ningún ruido, ni siquiera se le había escuchado moverse, fue como si simplemente, de pronto decidiera aparecerse junto al chico, acerco su cabeza a él, en un ademán sumamente depredador y olfateo a Daniel, quien, horrorizado se echó hacía atrás con desesperación…No obstante, Noitre pareció perder enseguida el interés en él, pues volvió a girarse hacía Kate.
-No… el es completamente humano, de eso estoy seguro, no se kate, este caso me tiene pillado completamente…será mejor que vaya a hablar con “El” – le dijo Noitre a la chica quien asintió satisfecha, Noitre volvió a desaparecer en medio de una humareda, Daniel se dejo caer con agotamiento al suelo… Kate lo miró nuevamente de soslayo y en cuanto su mirada se topó con la de Daniel, este desvió la suya de inmediato…estaba tan cansado de todo esto, todo lo que él quería es que de una vez alguien le explicara lo que sucedía… Pero no se atrevía a preguntárselo a la chica, ella tenía algo que aun después de todo lo que había sucedido lo hacía sentir aun más confuso.
Estuvieron en silencio, cada uno mirando a algún punto diferente en la habitación, hasta que Noitre reapareció, trayéndose consigo su ya característica nubecilla de humo.
-Al parecer son cosas que decidió “eso” o algo por el estilo, tienes que quedarte con el humano hasta que puedas volver a la normalidad- Noitre suspiró con cansancio, casi enojado.
- “Déjala que siga su sendero que a pesar de ser predestinado será escogido por ella misma, las respuestas siempre surgen solas” eso fue exactamente lo que “El” dijo- le siguió diciendo Noitre en tono cansino.
-Así que, chica tendrás la oportunidad única de ser una humana por un tiempo, ¡felicitaciones! O en realidad no, en verdad, deberías estar llorando, pero bueno, esos no son mis asuntos, tampoco es como si pudieras llorar…El humano te tendrá que proveer de todo y yo vendré a supervisarte cuando pueda, umm…supongo que suerte – terminó por decir mientras le daba una palmadita a kate, quien parecía tan aturdida como Daniel por lo que Noitre acababa de decir.
-Ah por cierto… Tienes permiso para explicarle todo al humano- agregó casualmente, entonces se acercó todavía más a kate (quien aun parecía aturdida) y le mordió la oreja juguetonamente.
-Recuerda que me debes un favor linda- le susurró al oído antes de desaparecer, como no, en medio de una nube de humo.
Nuevamente sola con Daniel, kate se giró hacía él…

"Cazadores Del Apocalipsis", Capítulo 2


Aqui va el segundo capitulo de Cazadores de apocalipsis!! jajajaj ya no demoré tanto ^^... Y este capi va con dedicatoria, va dedicado a la amiga Ann.. para que ocupe su tiempo en algo más que tratar de invocar a Don CAW xD jajajajajajaj
jajajaj nada más eso, y comenten!! ya saben que de eso me valgo yo cuando me baja el animo para escribir ^^ en verdad, los comentarios hacen magia.
se cuidan, bss... chau




 -Capítulo Dos-


"Fallo en la Misión"



La chica terminó de formar su ataque y con increíble rapidez lo lanzó a su contrincante, enseguida la sombra se desintegro en una gran ventisca, sin que quedara ni un microscópico rastro de ella, la vencedora inspiró triunfante y se giró para seguir vigilando al humano.
Su cuerpo dió la vuelta lentamente y entonces sus miradas se cruzaron... Azul sobre rojo.... Un millón de segundos fundiéndose en uno junto al destinó de los portadores de esas miradas. La chica frunció el seño y se puso de pie rápidamente.
¡Diablos! Seguramente otra sombra se había apoderado del chiquillo mientras ella vencía a la primera, de otra manera el humano ese no podría verla, y era obvio que la veía si no, no seguiría cada uno de sus movimientos como si esperara que en cualquier momento le saltará encima, la chica se movió en circulo hacía la derecha, manteniendo siempre la aptitud defensiva mientras escaneaba meticulosamente los sentimientos de ese humano, umm… deseos de desaparecer al mundo, esa era una sombra peligrosa, pero débil, la podría vencer aun mientras se escondiera dentro del chico, muy bien…


Daniel miro absolutamente pasmado a la chica que se hallaba frente a él, la chica era portadora de una perturbadora belleza escalofriante, era alta, esbelta, muy bien formada, con facciones en equilibrio, un brillante cabello color negro y lo más impactante de todo, era su par de fulgurantes ojos rojos…
La miro por lo que pareció una eternidad, pero cuando por fin la chica se movió no le gusto nada lo que hacía, pues esta había comenzado a formar en sus manos otra bola brillante, y esta vez solo tenía ojos para él, no había ninguna sombra rara a la que atacar, por lo que no le cabía ninguna duda de que esta vez el ataque iría contra el.
El terror recorrió cada una de las células de Daniel, dejándolo plantado en su sitio…
El tiempo corría desesperantemente lento mientras Daniel esperaba a que la escalofriante chica lo atacara, finalmente vio, como si fuera en cámara lenta, a aquella bola de energía dirigirse directamente hacia él, impactando directamente contra su pecho


Trabajo hecho, problema resuelto, todo solucionado, se dijo la chica a si misma mientras se retiraba del escenario, se daría un tiempo libre con ese ultimo ataque el chico iba a tener lejos a cualquier sombra por lo menos hasta el anochecer…

Daniel se apretó el pecho esperando sentir el dolor en cualquier momento, pero esté no llegó… solo una sensación extraña de bienestar, se levanto de un salto y buscó a la extraña chica con la mirada, pero como había imaginado ella ya había desaparecido.
Muy confundido y no poco asustado por su cordura Daniel se decidió a entrar en la casa, como siempre que llegaba el mayordomo y un montón de empleados corrieron a atenderle, pero por primera vez no quiso que desaparecieran de su vista enseguida, se sentía extrañamente con deseos de hablar y ser cortes.
- buenos días señor, ¿Qué tal el instituto?- le preguntó un mayordomo que al parecer era nuevo, el resto de los empleados lo miraron con terror, era una regla no escrita el no preguntar jamás nada personal al señor de la casa, las consecuencias de hacerlo eran terribles, y ahora probablemente ese osado y joven mayordomo perdería su trabajo, el resto de los empleados lo miro con pena.
- Oh a sido un muy buen día, gracias- contesto animado Daniel, acto seguido el y todos los presentes se quedaron petrificados. Daniel no entendía porque había contestado así, ese no era el ¿Qué le pasaba? La primera en atreverse a volver a hablar fue una chica ayudante de la cocina.
- ¿Desea que le lleve algo arriba señor?- preguntó tímidamente y el resto contuvo la respiración.
- Un zumo de naranja estaría bien, gracias linda- respondió Daniel y tuvo la tentación de taparse la boca seguidamente después de pronunciar esas palabras, la chica se sonrojo y corrió a la cocina en busca del zumo. Daniel miro angustiado a su alrededor, era verdad que la chica era linda, pero nunca se había dirigido a ella a causa de millones de defectos que le había encontrado con solo mirarla, sin embargo ahora era incapaz de pensar en ninguno, mejor dicho era incapaz de encontrar cualquier defecto a cualquiera de los de allí, viera por donde viera solo veía aspectos positivos, ese tenia cara de fiel, ese parecía buen trabajador, el otro tenía aspecto humilde…a pesar de que sus pensamientos lo asustaron y lo hicieron sentirse contrariado, Daniel no pudo evitar embozar una radiante sonrisa que medio deslumbro a todos los presentes.
- Si me disculpan señores y señoritas, me voy a mi habitación- les dijo y ellos se hicieron a un lado maravillados, murmurando entre ellos y volviendo a sus labores.

Daniel llego a su habitación y en cuanto hubo cerrado la puerta, se pego una cachetada el mismo, le dolió, no era un sueño… entonces… ¿Qué le sucedía? Se sentía como si no fuera el, como si sus actos estuvieran siendo controlados por una fuerza externa, enseguida pensó en la extraña chica que lo había atacado, ¿Qué clase de ataque había sido ese?... o para empezar, ¿Cuál era el propósito de hacerle cambiar su perspectiva de vida aun en contra de su voluntad?
Se recostó sobre la cama pensando en ello, repasando los hechos, pero aun así no logró entender lo que estaba sucediendo, ese día no había dejado de traer cosas raras desde que había visto a la chica esa. Daniel cerró los ojos intentando dormir, o despertar, ya ni eso tenía claro. No estuvo ni cinco minutos con los ojos cerrados cuando de pronto se le antojó salir a dar un paseo por ahí.
- oh no Daniel ¿Qué te pasa idiota? ¿Qué acaso ya terminaste de volverte loco? ¿Desde cuando a ti te gusta salir a “pasear” por ahí?- se dijo a si mismo con irritación, pensando que si alguno de los empleados de la casa, además de haber visto su anormal comportamiento esa tarde ahora más encima lo viera hablar solo no demoraría ni dos segundos en llamar a un psiquiátrico…
-definitivamente me quedare aquí, y volveré a tratar a todos como es normal- se dijo una y otra vez a si mismo Daniel mientras se vestía, y salía de la casa parando en la heladería más próxima, ¿pero que le pasaba? El detestaba las cosas dulces, y mas los helados… se dijo, sin embargo volvió a engañarse a si mismo cuando la mesera vino y el luego de dedicarle un travieso guiño se pidió un helado de fresa.
Daniel se comía su helado mientras intentaba poner gesto malhumorado o por lo menos inexpresivo, pero no le resultaba, pues seguía luciendo una odiosa sonrisa que parecía pegada a su cara, mientras el chico discutia interiormente consigo mismo, vinieron dos chicas y se sentaron junto a el en la mesa.
-hola guapo, ¿Por qué tan solo, esperas a tu novia?- le preguntó una que a Daniel se le antojo con cara de tierna >>vamos chico ¿Qué te pasa? ¿Que no lo ves? Es solo otra cínica chica más<< el grito interno de Daniel quedo ahogado cuando este sonrió contestándole a las chicas:
- oh no, solo esperaba que un par de preciosuras como Uds. se sentaran a hacerme compañía- la chicas se emocionaron soltando risillas nerviosas, >>oh vamos… ¿ni siquiera una ironía? ¿Ni una chiquita?<< Daniel quiso retirar y salir corriendo de ahí en ese mismo instante, sin embargo algo lo obligo a quedarse un par de horas allí conversando con esas chicas, darles su numero telefónico, e incluso invitarlas a un helado.
Cuando ya se iba a su casa, ahí por fin, por fin, se empezó a agotar todo ese positivismo, Daniel dejó de sonreír y se acarició las mejillas con gesto dolorido, cuando llegó a su casa, por lo menos ya pudo ignorar a todos mientras subía las escaleras.
Daniel miro su habitación con aburrimiento, había sido un día tan raro, que seguramente ahora le tocaba despertar del sueño, se dijo a si mismo con ironía. Entonces vio algo que lo dejó paralizado en su sitio, rápidamente le echó llave a la habitación.
-¿¡tu que haces aquí!?- le grito a la chica que de pie miraba por la ventana de su habitación, era la misma de esa tarde, el estaba seguro de eso…
La chica se dio media vuelta, y al ver que Daniel la miraba directamente sus rojizos ojos reflejaron la sorpresa…
-imposible- susurro, su voz apenas un gemido, Daniel se acerco a ella en dos zancadas:
-¡tienes que decirme que fue lo que me hiciste, gracias a ti he tenido el día mas raro de mi vida!- le grito Daniel parado en frente de ella, tenia miedo de la chica, pero jamás dejaría que ella lo notara… la chica solo movió la cabeza de un lado a otro y volvió a murmurar, imposible. Daniel exasperado la tomó de los brazos, zamarreándola – ¡te dije que me contestes! – le dijo antes de que un brillo cegador surgiera entre ellos dos y Daniel saliera disparado impactando contra su cama.


Por un momento todo en la habitación se quedó quieto, expectante, entonces la luz se extinguió lentamente, revelando al centro de la habitación, a una hermosa chica humana que miraba todo con ojos impactados.
Daniel que no podía ni moverse ni hablar, miró a la chica detenidamente, era exactamente la misma chica extraña que estaba en su habitación hace un segundo, y exactamente la misma que le había tirado el extraño ataque… con la pequeña excepción de que su cabello se había tornado de un negro rojizo en lugar del negro azabache que solía ser, y que en su pálida y hermosa cara ya no se encontraban un par de brillantes ojos rojos, ellos habían sido reemplazados por unos calidos verde dorado… Daniel frunció el seño, muy bien, mas truquitos de magia…como si sirviera de algo cambiarse el color del pelo y de los ojos, pensó amargamente, aunque en el fondo él sabia que ese no era el único cambio en ella…ella se veía en gran medida mucho más…humana…

La chica no comprendía nada de lo que pasaba allí, ¿Dónde estaba? No… eso ella lo sabia…pero ¿que eran todas esas cosas, esas luces?…ella sabia que habían luces que no eran ni blancas ni negras, pero no podía creer que fueran tan hermosas, su mirada vagante se topó con la del chico que la miraba fijamente desde la horilla de la cama, el tenia tan poca idea como ella de lo que pasaba… podían quedarse así quietos sin saber nada hasta que les diera la gana de hacer algo, pero eso no era lo que necesitaban ahora, ahora necesitaban explicaciones, los dos.
Definitivamente esto ameritaba grandes medidas, pensó la chica…tendría que hacerlo, por mucho que detestara llamarlo supo que en esta ocasión no tenia más opciones…se puso de pie algo tambaleante, ¡maldición! Este cuerpo hasta pesaba más y se le hacia mucho mas difícil moverlo…aun así se mantuvo firmemente de pie y le gritó al aire…
-¡Noitre!
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"Nindë Tinehtelë" Inesperadas Revelaciones.

-Capítulo Dos-


Inesperadas Revelaciones.





Madtriem buscó refugio desesperado, huyendo de las bestias que le daban caza, así se encontró con su joven hermano Aldarion, un noble espadachín, rey de la única ciudad humana o semi-humana internada en una de las tres grandes extensiones de bosque que había.
En su mundo habían muchos bosques, pero existían tres que por su tamaño y las criaturas que los habitaban, eran los mas conocidos y poderosos; el bosque “Äghtasfrata” que  dividía terrenos entre los humanos del bosque, feéricos y pequeñas criaturas bastante curiosas (el reino de Aldarion se encontraba dentro de este bosque). También estaba el bosque “Igtswätar” el bosque de los elfos que se encargan de cuidar a las criaturas mas magnificas y pacificas, existentes, criaturas tales como el Pegaso, los unicornios, las ninfas (este también es el bosque mas viejo de todos).

Y el último es el bosque de “Kkaisshak” bosque en el que habitan criaturas oscuras como Trolls y ogros, también dan cabida en el los mas terribles árboles, árboles con el alma podrida que disfrutan con el sufrimiento de la gente inocente. Y por suerte, los bosques al igual que el mar, eran lugares que aun escapaban al tiránico poder de Shuträk.

Cuando el caballero Madtriem llegó junto a su hermano, se hallaba muy mal debido a los viajes de forma constante y sin descanso, al ver su penoso estado Aldarion preguntó preocupado que sucedía al exterior, pues tenía un pequeño niño recién nacido y un reino entero de quien cuidar.
Madtriem le explicó las tristes circunstancias y reveló también que la única esperanza para aquellos del exterior era que las piedras restantes encontraran dueño.
Desde entonces todos los niños y medio-hadas de los alrededores sin excepción, fueron ante las piedras, como ningún niño pudo tocarlas o  ponerse la cadena a la que estaban atadas, luego probaron con adultos nuevamente sin resultados, pronto comenzaron a venir algunos de otras partes, (hasta algunos elfos) aun sin que ningún ser fuera capaz de domar a las poderosas piedras. Así pasaron años y años de angustia. Y Madtriem que estaba cada vez más viejo y débil temía que si no encontraban pronto a los portadores, no podría enseñarles el uso correcto de las piedras.

 Pero tampoco es que tuviera nada que hacer, sólo quedaba esperar que la vida fuera amable con ellos y no terminara de destruir sus esperanzas… Esperanzas que a pesar de todos los desgraciados sucesos Madtriem mantenía contra viento y marea, luchando por tener algo que creer y creyendo que tenía que creer en aquello por lo que luchaba…
Y precisamente eran ese tipo de pensamientos los que invadían la mente de Madtriem un día como cualquier otro, mientras tomaba tranquilamente  la cena con su sobrino ( El hijo del rey Aldarion)
El muchacho, ampliamente amigable, de buen carácter, noble corazón y definitivamente una de las mejores personas que Madtriem había conocido alguna vez. El chico le recordaba el motivo por el cual no había que rendirse nunca, nunca podría negarle a jóvenes como él la existencia de un buen futuro, donde las cosas fueran más que simples esperanzas y oscuridad opresora.

Volviendo al sobrino, él se llamaba Nickatriell, era un chico  de agradable compañía, rara vez se enojaba y era socialmente muy torpe, pero era a la vez un chico decidido y testarudo que perseguía sus ideales, su carácter era tan ambiguo como su aspecto, por un lado un chico sensible, y caballeroso de calidos cabellos castaños y amplia sonrisa. Por otro, (y tan sólo cuando su habitual buen humor se veía lastimado) era un tozudo de presencia intimidante, con un par de ojos en un metálico tono verde azulado cuya mirada era un claro mensaje de “no me molestes” y cuyo alargado cuerpo de pecho amplio y marcados músculos ampliaba el mensaje todavía mas allá de lo real.
No era para nadie (ni para el mismo) lo que podríamos llamar un chico normal, aunque definidamente si tenía los deseos de un chico normal; el quería tener amigos, una buena familia, vivir grandes aventuras, y ser un gran caballero… La mayoría de estos simples y comunes deseos, no eran posibles para él.
Habiendo muerto su madre en el parto y  con un padre que era más rey que padre, prohibiciones absolutas a la hora de practicar con la espada o salir del pueblo… La mayoría de sus simples deseos ya eran imposibles. Pero esas eran cosas a la que uno se acostumbraba y con la que la mayoría de los jóvenes podría vivir perfectamente, (Si no el mundo estaría lleno de caballeros de brillante armadura con vidas perfectas). Lo único a lo que aun lo lograba acostumbrarse y que dolía, lastimaba… cada vez que se le ocurría pensar en ello, era el rechazo que sentía de parte de los demás chicos del pueblo… En sus 16 años de vida jamás había tenido un amigo, ni tan siquiera alguien de su edad que fuera amable con él…Y la razón era tan simple, tan absurda que él joven chico no lo comprendía, no entendía el rechazo de todo un pueblo simplemente por lo que era desde nacimiento.  Porque si, el motivo de que jamás en su vida hubiera tenido un amigo y de que hasta los adultos recelaran constantemente de él era el hecho de que su madre había provenido de la temida y conocida tribu de los Ayalah Dracos… o más llamados hombres dragón. Miles de secretos envolvían a esa tribu, desde rumores que los relacionaban con el canibalismo, y con los dragones (los que supuestamente habitarían dentro de este pueblo). Hasta rumores que hablaban de que ellos mismos eran dragones encerrados en cuerpos humanos… Sin embargo, Nick no se sentía diferente de otros chicos, no tenía ningún poder especial y lo único verdaderamente peculiar en él eran sus ojos, que brillaban con su propia luz metálica. Y en cuanto a la tribu de su madre, lo que Nick sabía a ciencia cierta de ella (porque se lo había consultado a su tío, que sabía muchísimo) Era que la mayoría de sus habitantes poseían el poder de llamar a los dragones.
Los dragones eran unas de las bestias más temidas, por su legendaria brutalidad y salvajismo, que transcendía en su fama (A pesar de que debería ser su magnifica inteligencia la recordada) y al parecer pertenecer a la tribu de los hombre dragón hacía a Nick tan peligroso como si tuvieran alguno de esos violentos dragones dentro del reino. Y aunque realmente, realmente Nick lo consideraba una ridiculez (Pues no había vivido nunca con los de aquella tribu y no tenía la menor idea de cómo invocar a un dragón, ni siquiera podía invocar a una lagartija) era básicamente por este motivo  los niños del pueblo sentían repulsa hacia el y lo habían rechazado desde siempre.
Era por este motivo que se pasaba la mayor parte del tiempo con su tío y generalmente cenaba con él.
Mientras se desarrollaba esta noche la habitual cena en el balcón, de pronto Madtriem estornudo estridentemente y solicitó a su sobrino.
-Nick ¿podrías traerme el pañuelo blanco que esta en uno de los cajones de mi pieza? Creo que con los años ya hasta me olvido de traer mi pañuelo conmigo-  habló  en el tono cortés ya habitual en él.
Nick dejó su labor tratando de ganar la batalla a una verdura especialmente escurridiza  y contempló a su tío.
Madtriem tenía el pelo extremadamente blanco, tanto que parecía que brillara, también poseía unos ojos azules,  bondadosos y llenos de sabiduría. Cuando reía se le enmarcaban en su cara finas arrugas, pero a pesar de ello era imposible determinar su edad,  llevaba el pelo peinado hacía atrás y tomado con un cintillo fino de oro con forma extraños símbolos entretejidos (Un antiguo símbolo de grandeza entre los magos), usaba una túnica al estilo de los magos,  tan blanca como su cabello y tenia la nariz respingona,  caminaba lento pero firme y seguro, y disfrutaba entreteniendo a su sobrino con algún truquillo fácil de magia.  A Nick (cuyo nombre Nickatriell significaba, fuego en el idioma de los dragones) le fascinaba conversar con su tío porque además de dar estupendos consejos, tenía sentido del humor y contaba unas historias buenísimas respecto a sus viajes, que no dudaba en ningún momento, fueran verdad (Nick soñaba con viajar algún día tanto como su tío, porque hasta ahora lo más lejos que había salido eran sus expediciones secretas al bosque).
Finalmente al terminar su silencioso escrutinio Nick se levantó ligeramente;  se dirigió  a la habitación de su tío, directo hacía la cajonera donde sabía que se guardaban los pañuelos. Abrió un cajón al azar y reviso en su interior en busca de un pañuelo, como no encontró ninguno, se disponía a cerrar el cajón cuando algo llamó su atención, en el fondo del cajón había una caja muy curiosa que resplandecía leve y provocativamente ante sus ojos.
Entonces fue cuando los engranajes del destino que tanto tiempo habían flotado a la intemperie encajaron y una extraña pero extremadamente antigua energía controlo el cuerpo de Nick, quien sin  se ni remotamente conciente de sus acciones había cogido la caja y abierto la caja, dentro habían dos piedras, una verde apagado y una de color rojo vivo que resplandecía ante su ojos, como llevado por un nuevo impulso de atracción, tomó la piedra roja entre sus manos,  una peculiar sensación recorrió su cuerpo; Era como una calidez que le daba vida y lo llenaba de energía, sin pensarlo dos veces dentro de aquel extraño trance en el que se encontraba, supo que tenía que colgarla a su cuello de la cadena que estaba enganchada a esta, porque desde ahora aquella calidez le pertenecía como él le pertenecía a ella de igual modo. No obstante algo paso cuando se la puso, por que ese exquisito calor que lo recorría se desbordó y comenzó a quemarlo. Era como si todo su cuerpo ardiera por dentro, el hechizo se rompió y fue conciente de sus acciones, inmediatamente el horror lo llenó por dentro… Primera regla de prudencia; nunca tomes ningún artefacto mágico sin saber cual es su utilidad. Trató inmediatamente arrancar la piedra de su cuello, la intentó una primera, una segunda y hasta una tercera vez… pero era imposible, profiriendo un grito de terror calló al suelo, justo en el momento en que la sensación disminuía hasta desvanecerse lentamente. Entonces, testarudo como era y jadeando aun con la respiración entrecortada Nick intento quitársela nuevamente, sin embargo una voz conocida puso fin a sus intentos.
 – No vas a poder quitártela ya te ha escogido- lentamente volvió la cabeza y vio a su tío parado junto al, asustado dijo;
 –lo siento tío no lo pude evitar,… ella… yo… me atraía y…- se interrumpió al ver que su tío sonreía con una alegría que no lo había visto sonreír jamás y preguntó:
 - ¿Qué era eso? ¿Por qué me paso? ¿Por que yo? ¿Que es lo que sucede? ¿Por que no me la puedo quitar? ¿De donde viene? ¿Para que sirve? ¿Como es eso de que me escogió? ¿Para que? ¿Usted sabia que esto iba a pasar?- todo esto lo dijo hablando atropelladamente y casi sin respirar.
 – En orden y déjame contarte todo lo que puedes saber sin hacer preguntas - dijo con calma su tío, Nick estaba demasiado conmocionado aun como para hacer algo más que asentir tontamente para que su tío continuara.
 - Anteriormente  te he comentado sobre las piedras de poder o Nindeë Tinêhtelë  que poseíamos los magos de mi generación – haciendo una pausa observó como su sobrino aun algo desconcertado se apresuraba a mover en gesto afirmativo la cabeza.
- Bien, a medida que paso el tiempo, tres de nuestros compañeros decidieron seguir el siguiente camino, la muerte: la dama tierra o Miriël, la dama roca o Yeckträv y el caballero fuego o Nickatriell- Nick lo miro atónito y Madtriem prosiguió.
- Si, cuando tu padre me comento que entre las pertenencias de tu madre se encontraba una carta en la que explicaba cual seria el nombre que te debían dar, yo también me sorprendí, pero tu padre es ciego cuando se quiere la realidad y gusta de pelear con el destino- lo miro brevemente y prosiguió.
 - Como ya te imaginarás, cuando me enfrenté a Shuträk sólo pude escapar con estas dos y de hecho al llegar  acá a tu pueblo hubo audiciones, las cuales aun se realizan cada cierto tiempo aun, pero nadie en todo este tiempo, nadie a sido capaz de siquiera tocar la piedra, y como comprenderás es realmente sorprendente que tu si pudieras, por que nada ni nadie puede  tocar la piedra, mucho menos colgársela al cuello, si esta no se lo permite, porque la piedra elige primero, como ya has sido testigo - entonces Nick lo interrumpió con una pregunta que le había estado dando vueltas.
 - ¿Por que yo? y ¿Porque no antes?- dijo y Madtriem respondió a pesar de haberle dicho que no preguntara nada más.
- El porque nadie lo sabe, lo único que sabemos es que la piedra utiliza magia antigua sumamente poderosa y una vez que te elige ya no hay vuelta atrás, tiempo es destino y hay destinos ineludibles. Ahora levántate del suelo ya basta de cháchara y es hora de que notifiquemos a mi hermano, tu padre, la buenas nuevas – Madtriem habló en tono enérgico dirigiéndose luego a la puerta, al final no había contestado la pregunta que mas intrigaba a su sobrino… ¿Por qué ahora que tenía 16 años y no antes? Que él supiera, ya había nacido cuando llegó su tío... Entonces ¿Por qué jamás en su vida había visto las piedras?
Antes de seguir dándole vueltas al asunto Nick se levantó apresuradamente, pues, aun seguía sentado en el suelo y siguió a su tío de cerca, mientras lo acompañaba por los largos corredores pensaba para si mismo ""No puede ser… Yo elegido, voy a ser mago"" mientras pensaba esto… A pesar de las preguntas sin respuesta, a pesar de la confusión y la singularidad de la situación, sentía como la emoción y la felicidad crecían en su interior, por primera vez en su vida se sentía como si realmente tuviera un lugar en aquel mundo extraño que se había negado siempre a aceptarlo, por primera vez realmente sería alguien.

Una vez que llegaron a la cámara del rey, Nick aprovechó la oportunidad para mirar a su alrededor, ya que rara vez se asomaba por allí. La sala del trono era una extraña mezcla entre lo normal y lo característico;  un lugar amplio y bastante largo con una igualmente larga alfombra color “verde” que se extendía hasta dos tronos, curiosamente verdes también, que daban la impresión de que fuera un extraño árbol, aun es más, en aquel salón tanto como en el resto del palacio y de las casas del reino, tenia árboles plantados alrededor de toda la sala, no eran árboles muy lindos, de echo parecían puestos descuidadamente como si la construcción hubiera sido levantada sin estorbarlos,  de echo Nick siempre pensó que era una suerte que no estuvieran puestos en un lugar inconveniente, o talvez no fuera suerte. De todos modos no le interesaba demasiado.
 Cuando por fin Nick se atrevió a levantar la vista hacia su padre, su vista se quedó enganchada, observándolo detenidamente al igual que antes había observado ese salón, nadie diría que Nick había vivido toda su vida en aquel castillo y mucho menos que el rey era su padre. El rey Aldarion, el padre de Nick, era un hombre de rasgos duros y orgullosos, con el cabello castaño chocolate (del mismo tono que el de su hijo), un estupendo físico a pesar de los años, de gran inteligencia y mirada tenaz, un gran rey… Pero no un gran padre…
 El rey estaba, como de costumbre, sentado hablando con tres personas a la vez, en uno de los tantos idiomas que se usaban en el bosque, (Nick recordaba vagamente algunos, muy escasos momentos junto a su padre, quien paresia resuelto a culparlo por lo sucedido a su madre. Contaba su tío que su padre amaba mucho a su madre y que lo había afectado terriblemente el golpe, pero Nick consideraba eso una simple excusa, por su parte para el su padre nunca lo había querido y siempre se  mostraba ante él como un hombre orgulloso y frío, las pocas veces que se había acercado era para regañarlo por que solía escapar al bosque en busca de refugio contra los rechazos de los otros niños, y todo lo que había obtenido de el, eran comentarios del tipo - Los reyes no lloran-  o  - ¡deberías estar orgulloso de tu sangre! – al caso que siempre acababan discutiendo) caminaron lentamente hacía el rey, cuando llegaron lo vieron despidiéndose diligentemente de sus visitantes.
 Los miró como si acabara de darse cuenta de su presencia en la habitación, cosa que Nick dudaba mucho que fuera así en realidad, por lo que él sabía. Nadie jamás pillaba por sorpresa a su padre.
       ¿A que se debe esta agradable visita hermano mío? – dijo seriamente a la vez que clavaba sus ojos en Madtriem, ignorando por completo a su hijo, como si no estuviera allí.
 – Hemos venido por temas importantes Aldarion – dijo Madtriem suave y calmadamente, remarcando un poco el “hemos” para hacer notar que su sobrino también tenía voz hablante en esto, entonces a Nick le pareció que su padre lo observaba por un momento, pero  luego prosiguió igual que siempre, ósea, ignorándolo por completo.
       Cuéntame – dijo mirando fijamente a su hermano. Madtriem se tomó un tiempo, escogiendo las palabras adecuadas antes de hablar.
 – Tu hijo Nickatriell a sido escogido por la piedra fuego – Dijo finalmente, con la voz medida, como si hablar fuerte pudiera hacer explotar alguna bomba. Entonces Aldarion se volteó bruscamente hacia su hijo, Nick pensó que querría que se excusara, pero en ese momento le pareció ver pasar por el rostro de su padre fugazmente rabia, miedo, emoción e incluso sus rasgos parecieron suavizarse,  pero esa expresión desapareció tan rápido como apareció siendo remplazada nuevamente por su expresión dura y orgullosa.
 – ¿A que te refieres Madtriem? – dijo y a Nick le pareció que su voz había sonado levemente temblorosa, pero pensó que seria su imaginación al igual que la vez anterior. Madtriem carraspeó suavemente antes de seguir hablando.
       al parecer tu hijo es el nuevo portador de la piedra fuego, lo que resulta bastante curioso por cierto, y ya no se le puede separar de ella – miró expectativamente a su hermano que pareció meditar por un momento y luego dijo;
       Nickatriell retírate a tu alcoba, por favor – Nick quiso protestar pero estaba ya bastante acostumbrado a que lo excluyeran, en especial su padre, se despidió vagamente de su tío y se retiró con un sentimiento amargo, pues consideraba que le incumbía bastante lo que fueran a hablar, cuando iba a mitad de camino, escuchó gritos, se devolvió curioso sobre sus pasos y sigilosamente apoyó la oreja sobre la puerta cerrada de la sala del trono.
       ¡Pero por que lo dejaste tocarlo! – gritaba Aldarion, Nick nunca  había escuchado gritar a su padre y menos  tan enojado, ni siquiera a  él
       Comprende Aldarion, no lo podía evitar, es su destino, ese niño es nuestra única esperanza, me tienes que dejar entrenarlo - respondía su tío agitándose un poco.
 – ¡No, no entiendes, no voy a dejar que sea un conejillo de indias! ¡Que sea el sacrificio para que este mundo siga en pie! ¡No quiero, me niego a perderlo como a su madre! ¡Es… es todo lo que me queda! – gritó en respuesta Aldarion, un poco antes de que la  desesperación lo hiciera romper en sollozos.
       Tranquilo, no le pasara nada si yo lo puedo evitar, lo prometo-Madtriem trataba de tranquilizarlo, lentamente los sollozos se apagaron y ya no se escuchó ningún sonido dentro de la sala de trono, Nick se retiró lentamente, tambaleando un poco mientras se alejaba de aquella puerta, estaba atónito.
Confuso, caminó inconscientemente hacía su alcoba, no sabia que fuera posible sentir tantas cosas a la vez, se acostó con un solo pensamiento de tantos aun latente en su cabeza, el único que no podía desechar y dejar para examinar luego ""Papá de verdad se preocupa por mi, él me quiere"" pensaba felizmente a la vez que las brumas de el sueño se abalanzaban sobre él, durmió un sueño inestable y ligero, cargado de emoción.


Al otro día cuando la melodía de los pájaros trinó a lo lejos, el sol se elevó tras esa muralla de multicolor hierba… Nick despertó, sintiéndose mejor de lo que se había sentido nunca, aunque aun muy confuso. Habían pasado tantas cosas de un momento a otro, tanto en que pensar, que no tenía idea siquiera donde empezar.
Mientras se vestía tocaron la puerta, uno de los sirvientes de su padre le informaba que lo solicitaban en la sala del trono.
Se terminó de vestir lo más rápido que podía, y en dos minutos caminaba, si es que no se le puede decir corría por los corredores en dirección a la sala. Hervía de curiosidad por dentro, verdaderamente los deseos de saber las respuestas a sus preguntas lo devoraban por dentro, un segundo más de espera y sentía que explotaría en mil pedazos, su mente estaba alerta y sus sentidos al borde mientras recorría precipitadamente un pasillo tras otro, buscando allí donde nunca pensó buscarlo el alivio.
Entró precipitada y estruendosamente a la sala, mas, en cuanto tuvo la oportunidad de echar un vistazo a la sala, se percató de que había cometido un vergonzoso error de etiqueta, ya que en la sala se encontraban; su padre (muy serio y aparentemente trasnochado), el jefe de armas (un hombre enjuto de perfil soberbio y sagaces ojillos de águila), y su tío (que parecía compuesto y hasta feliz), al ver la expresión de su tío Nick se tranquilizo un poco permitiéndose inspirar profundamente sin mirar en ningún momento a nadie más que su tío, porque la mirada que reposaba en el semblante de Aldarion como en el de el jefe de armas era alarmante.
 Adoptó la posición mas digna que se pudo imaginar, sin dejar de tener por algún motivo la sensación que hacia el ridículo, y caminó ceremoniosamente hasta donde lo esperaban su padre, el jefe y su tío. Cuando llegó hasta ellos se interpuso un incomodo e interminable silencio cuando ya no soportó más el pesó de la ansiedad, decidió romperlo él mismo.
       ¿Me llamabais? – dijo sin dejar de notar el extraño calor que la piedra, aun colgada de su cuello le aportaba, e hizo una (en su opinión exagerada) reverencia. Se levantó lentamente y los observo: Era imposible saber cual iba a hablar primero, entonces, como si fueran pocas las sorpresas que se había llevado en menos de dos días, fue su padre él que tomó primero la palabra.
 – Mañana comienza tu entrenamiento, te va a entrenar mi hermano, en lo de magia se trata y mi capitán para tu correcto uso de armas – dijo Aldarion  fríamente, Nick por un momento quiso reclamar que él ya sabia usar la espada, pero lo considero ridículo, puesto que su padre no tenia por que saber que Nick entrenaba en secreto aun cuando el personalmente le había prohibido tocar alguna vez cualquier tipo de arma, miró a su tío y este sonrió.
       Vete y descansa, lo necesitaras – dijo desanimadamente su padre antes de retirarse, sin una sola palabra más para él, sin una felicitación, sin una afectuosa sonrisa de orgullo para su hijo.
Nick vio como se retiraba, mientras la pena se hacía un hueco en su emocionado corazón, las esperanzas concebidas se destrozaron por completo, pues  por un momento había pensado, había querido creer que todo podía cambiar al fin, que su vida sería un poco menos solitaria de lo que había sido hasta el momento ""él no me cree capaz"" pensó con rabia y se juró a si mismo que iba a demostrar a su padre que tan capaz era. Se retiró enseguida él también, silenciosamente y sin dirigir una sola mirada a la gente que quedaba en la habitación, ya no le importaba nada cualquier cosa que ellos pudieran decir, caminó perdido por los pasillos, hasta que el cansancio lo hizo detenerse, miró distraídamente por una de las ventana y vio  lo mismo que vería cualquier día si asomaba a cualquiera de las ventanas del castillo, un extenso y espeso bosque que al parecer no terminaba nunca y abajo, apenas iluminada por los leves rayos de sol del amanecer, el reino de su padre: casas escondidas por algunos árboles entre el bosque o mas bien casas árboles parte del bosque. Una idea fenomenal se abrió paso en su embotada mente, ese era el momento  para escabullirse al bosque, no podía haber un momento ni un lugar más perfecto, allí podría meditar tranquilo y visitar el bosque a la vez, tal vez por última vez en bastante tiempo ya que según pensaba, los entrenamientos ocuparían gran parte de su tiempo. 

 Se cubrió con una capa de pies a cabeza y sin más salió en su excursión al bosque. Para cuando había salido del reino ya era según calculaba cerca de las cinco, se quitó la capa cuando considero que el peligro de ser descubierto había  pasado y esperó que nadie lo descubriera, en todo caso había dejado una carta a su tío diciendo que necesitaba pensar, pero que estaría en el entrenamiento al otro día sin falta. Se adentro un poco más en el bosque, los olores de las diversas plantas que lo rodeaban le causaban picor a la nariz, los colores que estaban no sólo en la gama de los verdes si no que se extendían mucho más en combinaciones increíbles y únicas eran casi una sobrecarga para su sentido de la vista, el lugar al contrario que los pasillos del palacio no se encontraba sumido en un lúgubre silencio opresor, cada poco trinaba algún pájaro, crujía alguna hoja o cantaba alguna clase de animal extraño e invisible para los sentidos humanos. Caminó por el inquietante y en su opinión, vigorizante lugar, con aires distraídos mientras decidía que iba a ir  a la cascada que quedaba cerca de allí, era uno de sus lugares favoritos en el bosque y no había que alejarse mucho del reino para encontrarlo, además… no era seguro caminar sin rumbo fijo por el bosque.
Llegó allí más pronto de lo que había pensado, pero no fue eso lo que lo detuvo a la linde del claro en que se encontraba la pequeña y encantadora cascada, allí había alguien más.
Una extraña muchacha sentada en una roca como mimetizada con el bosque, su tes era de un color increíble y el leve olor que le llegaba de ella (Nick tenía un olfato bastante mas agudo que la mayoría de las personas, tal vez… por su madre) era dulce y suave casi… tierno, ella descansaba tranquilamente junto una extraña criatura, según le pareció, mezcla de Pegaso con unicornio, sin embargo, más no podía decir… a la distancia a la que estaba no veía para nada bien, se removió aplastando algunas hojas mientras intentaba acercarse un poco para poder observar mejor a la pareja, esta se percato de su presencia y se retiró tan rápido que a Nick le dio la impresión de que se habían esfumado.
 – ¡Ey!… esperen – trató de detenerlos,  pues se moría de curiosidad (¡Tenia que saber quienes eran los extraños!). Decidido, cruzo rápidamente el riachuelo y los siguió. Logró ver su sombra un poco mas allá y así fue siguiendo sombras, hasta adentrarse en el bosque.  De pronto se vio rodeado pequeños ojitos negros ellos estaban por todas partes, y en el aire flotaba una malicia singular, Nick se asustó bastante y quiso volver enseguida,  mas, cuando se disponía a correr un pequeño dardo lo golpeó en la nuca, lo último que vio fue a un montón de duendecillos corriendo hacia él y un enorme resplandor rojo.

Lo siguiente que supo fue que estaba tirado encima de unas hojas, próximo a la cascada y junto a él estaba esa extraña muchacha. La contempló bastante tiempo en silencio; ella era realmente bella, de rasgos finos y salvajes, tenía en el cabello un corte extraño, en la parte superior lo tenia parado como en punta y todo el resto liso y largo, también lo tenia de un peculiar color como aceituna entre verde y negro, los ojos los tenia enormes, almendrados y era difícil decir si los tenia verdes o marrón, era de tez morena y mirada suspicaz, le recordaba vagamente a un hada, pero las hadas no tenían alma y ella no parecía una desalmada.
 – ¿Que tal sigues niñito? -  dijo esta despectivamente sacándolo de su ensimismamiento, su voz a pesar de se brusca era hermosa, tenía un curioso matiz sobrenatural envolvente que lo dejaba brevemente sin aliento.
 No le salía la voz y no se podía mover, quiso decir ""Quien eres"" pero las palabras se enredaron en su boca, tergiversándose:
-         ¿Qué eres? – Se arrepintió en seguida de sus palabras al ver la mirada de ira de esta, retrocedió levemente bajando un poco la mirada.
 – Lo siento no quise… es decir, no puedo moverme y estoy algo confuso- se tranquilizó al ver que ella lo miraba de nuevo con suspicacia.
 – Mira niño, deberías cuidarte más, los niñitos mimados como tú no  deben andar por estos lugares – dijo autoritariamente. Ella lo estaba tratando como un niño pequeño, siendo que ella no se veía mucho mayor.
       ¡Yyo…yo…  yo no soy un niño! – respondió Nick más que indignado.
Ella lo miro divertida – ¡Ja! que chistoso tu, mira, no se que hiciste pero esos duendecillos casi te matan, no son tan inocentes como parecen – ella se dio el lujo de soltar un bufido bajo al final de su oración, como si él hubiera omitido algo obvio. Nick  se quedó asombrado, mas, no por los motivos que supuso ella… ¡Habría jurado que ella lo había salvado!
 –¿Tu no me salvaste? ¿Entonces…cómo? – logró balbucear confusamente, ella lo interrumpió sin más preámbulos.
       Oye, yo no tengo idea, lo único que vimos fue una intensa luz roja y a ti tirado por el piso- la verdad era que cuando vio que el extraño niño que había demostrado tanta habilidad en seguirla había caído en un nido de duendecillos, se había devuelto con la intención de ayudarlo, pero eso no lo admitiría jamás ante el desconocido, antes muerta… también prefería morir antes de admitir que le agradaba lo que veían sus ojos y escuchaban sus oídos, era un chico guapo. Le encantaba el tono jovial y medido de su voz… y sus ojos, simplemente eran grandiosos ¿Cómo haría para tener los ojos de ese color tan extraño?
Nick meditó un momento sobre que podría haberlo salvado, pero finalmente decidió que seria muy difícil tratar de descubrir eso, si que optó por seguir conociendo a la extraña pareja que se encontraba ahora a su lado.
 – Bueno y ¿quien eres tú? –  dijo aclarándose la voz, antes de que pudiera decir nada más ella había extendido una mano hacía él.
 - Mucho gusto soy Feeilen, pero me puedes decir Fi, si gustas niño- Nick frunció el seño, ella  seguía tratándolo como a un pequeño y él no lo iba a soportar, así que dándose importancia dijo:
 – Yo soy Nickatriell, pero me puedes decir eeh… bueno… Nick- dijo con algo de soponcio, nunca antes había tenido que presentarse ante nadie y no tenía amigos que le trataran de una forma amistosa su tío le decía sobrino y para todos los demás era “El príncipe”. Entonces mientras  avanzaba para tomar la mano que Fi le ofrecía, tropezó y cayo de bruces al suelo… Ya se podía mover, pero seguía medio atontado por el veneno de los duendecillos, notó como ella se retorcía de la risa y eso le vino como un jarro de agua fría en la cabeza.  Se levantó indignado y muy avergonzado, él no lo encontraba nada chistoso, aun sonrojado miró al animal que no había podido ver antes, efectivamente parecía un Unicornio-Pegaso.
 – No quisiera ofender pero tu ¿que eres?– dijo Nick algo temeroso y con bastante delicadeza, a la sonriente Fi, la sonrisa de ella se extinguió de inmediato y le dio la espalda antes de responder.
 – Una medio hada – su voz sonaba desanimada y Nick la entendió, según sabía las medio hadas eran expulsadas de la colonias,  porque a las hadas no se les permite tener alma y las medio hadas si que la tenían, personalmente, él lo encontraba genial, había visto a varias medio hadas que vivían en Etar pero ninguna era tan bella como Fi, de hecho, ella parecía más Hada que cualquiera, sino fuera por sus ojos de verdad sería un hada en todas las de la regla…
 – Que bien, yo sabia que tenías algo de hada, te me hacías familiar- dijo con entusiasmo Nick, Fi lo miró extrañada
 – ¿No te molesta?- dijo, este chico era extraño… No era que todos discriminaran a las hadas, pero nunca ningún humano completo se había fiado de ella, era demasiado parecida a las hadas…era evidente que había más sangre de hada que humana en ella, aun así, su alma le impedía vivir en la colonia, como su aspecto le impedía vivir entre humanos…
 – Por supuesto que no, en donde vivo hay algunas medio hadas, y además mi madre era una  mujer-dragón - dijo por primera vez orgulloso de su condición, que lo hacía aunque fuera un poco parecido a Fi.
 –No es muy lindo ser medio hada- murmuró como para si misma en tono algo alicaído, Nick le prestó atención, y ella no supo porque le confiaba aquellas cosas a él, no lo conocía… Pero la aceptación que le había ofrecido sin reserva alguna la había desarmado por completo, por primera vez sintió que de verdad podía confiar en alguien.
 -  Desde los 5 años que vivo sola con Zaina, ella es como yo y escapó del bosque Igtswätar. Es la única compañía que eh tenido desde que mi madre nos dejó - Feeilen calló y miró con cariño al Unicornio-Pegaso que al parecer llevaba de nombre Zaina.
Nick verdaderamente empezaba a sentir que era un exagerado llorón,  la vida de Feeilen parecía mucho peor que la propia, y a él nunca se le había ocurrido pensar que podría haber alguien más solitario que él, gran error por su parte y era en esos pequeños detalles cuando se notaba que tanto desconocía él, el  mundo donde vivían.
 - Se a que te refieres – dijo Nick en tono triste, abriendo también, un poco de su corazón a aquella desconocida.
 - Es muy difícil ser distinto, yo nunca he tenido amigos debido a mi descendencia y eso que ni siquiera conocí a mi madre y no tengo idea de cómo llamar a un dragón, lo único que tengo es a mi tío – dijo todo eso observando el riachuelo cuando miró a Fi, vio que esta lo miraba fijamente.
 – ¿De donde eres tu?- pregunto Fi volviendo a su aptitud de chica grande.
 –Soy de Etar, el pueblo bosque – dijo él despreocupadamente pues se estaban desviando a un tema que se le hacia menos agradable.
       Siempre he escuchado hablar mucho de eso pueblo, se dice que es muy hermoso. Sobre todo he oído hablar del rey de aquel reino, se dice que es uno de los mejores y mas valientes caballeros, además se cuenta que fue el único de los habitantes del bosque, que quiso ayudar a los de afuera cuando la fuerza oscura los dominó y aun ahora organiza algunas escaramuzas contra aquel horrible mago,  ¡Que rey más admirable! – comentó ilusionada ella, había sido alguna vez su sueño ser aceptada en un pueblo como ese, un pueblo de gente valiente con un gran rey, donde pudiera ser alguien… Pero luego de ver demasiadas veces las reacciones que solían tener los humanos al verla se había convencido de que ello era completamente imposible para un ser como ella.
– El rey es mi padre, y sí, ese es mi pueblo…- Nick estaba muy triste cuando dijo aquello, le era doloroso acordarse de su padre, por una vez tuvo la dulce sensación de que su padre si lo quería, pero sus aptitudes contrastaban tanto  que aun tenía dando vueltas en la cabeza la idea de que el episodio que había escuchado no había sido más que un sueño creado por sus locas intenciones de que se padre fuera verdaderamente su padre alguna vez...
 –Vaya, debe ser difícil ser príncipe – Comentó Fi comprensiva, el tono que no era de lastima si no de comprensión y la mirada amistosa que ella le regaló terminó de convencer a Nick de que acababa de encontrar una estupenda amiga.

Nick y Fi hablaron sobre sus vidas toda la noche. Nick le contó a Feeilen, sobre como su madre había muerto cuando el nació, como todos los niños del pueblo huían de él, de la habitual conducta de su padre, de lo simpático y bondadoso de su tío y finalmente sobre lo ocurrido recientemente de la extraña piedra y de su padre, como había arrancado al bosque para pensar y su encuentro con ella… Se sentía libre, libre de compartir por primera vez detalles de su vida con alguien que no sólo lo comprendía, si no,  que sabía de que estaba hablando.
 Ella por su parte dejó salir todo aquello que por tantos años había permanecido encerrado en su memoria, dañándola constantemente… Se lo contó y fue capaz de mantenerse integra mientras lo hacía, lo que fue un alivio para ella (De ningún modo lloraría frente a él ni frente a nadie, jamás)…
Le contó a Nick, de cómo había sufrido su madre cuando se enamoró de su padre, un humano, a pesar de no tener alma, de cómo su padre las  había abandonado al saber que su madre esperaba un hijo de él, como su mama lucho por sobrevivir, muriendo cuando ella era pequeña y de lo difícil que era la vida en el bosque, de que había tenido que aprender a leer y a escribir de unas animas del bosque que se habían compadecido de ella, de que nunca había tenido un verdadero hogar.
Al amanecer Nick recordó el entrenamiento
 – Me tengo que ir - dijo urgido y entristecido por tener que dejar a su nueva amiga…
-Eh…Fi…bueno…em…¿cuamdonosvamosajuntarde…Nuevo? – dijo todo tan rápido que ni respiró, a pesar de lo que habían compartido no sabía si ella lo querría volver a ver, Fi lo miro coqueta.
       ¿Por que? ¿acaso será que te intereso? – dijo pestañeando juguetona y más veces de lo habitual…
– Bueno… Eres muy simpática – dijo Nick de un tirón, esta situación era muy vergonzosa y esos pestañeos de parte de Fi lo ponían a la defensiva.
-  ¿Te parece que nos juntemos las noches de luna llena aquí mismo? – dijo Fi dejando el juego, pero aun sonriendo, Nick asintió aliviadísimo del cambio de tema y feliz de que se iban a volver a ver. Ya se iba, de hecho estaba atrasado, pero cuando levantó su capa se percató de un profundo corte que empapaba de sangre su brazo - ¡auchhh!- exclamó acto reflejo.
 Fi, que en ese momento se disponía a estirarse perezosamente lo miró.  
– ¿Y que te pasó ahora?-  preguntó en un tono ciertamente desinteresado.
 – Creo que me corté- contestó él haciendo una mueca de dolor, a la vez que enseñaba su brazo a Fi. Ella chasqueó la lengua, lo tomó del brazo y puso su mano sobre la herida mientras Nick hacia muecas de dolor.
 Luego murmuró unas pocas palabras en el idioma de las hadas y una sensación hormigueante y levemente dolorosa se extendió sobre la herida de Nick, cuando Nick volvió a mirar su brazo, ya no había  ni rastro de la herida
 -  ¡Eres bruja! Quiero decir, sabes hacer magia- Nick estaba realmente muy emocionado.
 – Todas las hadas la hacen, supongo… que lo heredé de mi madre, claro que soy mucho más débil que un hada pura – Mientras Fi pensaba en las increíbles dotes de curación que tenía su madre, su semblante se llenó de tristeza y añoranza.
 – Pues yo creo que es genial- dijo Nick simplemente.
-         Podrías enseñarme, seguro que me sirve para los entrenamientos- prosiguió, deleitándose con la expectativa de tener una escusa para verla más seguido.
 – No, no podría… es magia sólo para hadas,  magia “regenerativa”, de la que se usan para restaurar árboles o cosas así – contestó Fi suspirando profundamente.
-Deberías irte - le recordó cansinamente.
Nick tomó su capa se cubrió y dirigió su camino hacía el pueblo de su padre, se fue pensando como excusarse con su padre cuando llegara, seguro lo regañaba como siempre.
Entrar en el pueblo y hasta en el castillo, fue enormemente fácil, como aun no era hora del desayuno se tiró en la cama a descansar mirando el techo, pensando en sus entrenamientos o tratando de pensar en sus entrenamientos, sin embargo su mente se desviaba constantemente a Feeilen ""¿Qué habrá pensado de mi? ¿Podré seguir viéndola? ¿Irá al próximo encuentro?"" ella era la primera amiga que tenía y  aquella última pregunta era la que más le preocupaba.
De dispuso a dormir (pues no había dormido nada de nada) pero antes de que pudiera siquiera pudiera cerrar los ojos llegó uno de los criados del castillo a informarle que el desayuno estaba servido, bajó por los siempre solitarios pasillos hasta el comedor lateral (el principal se ocupaba sólo para ocasiones especiales)  Estaba servido para él y su tío, el cual estaba comiendo en silencio cuando Nick llegó, cosa que era normal, lo que extrañaba a Nick era que su padre no se encontraba, el siempre por lo menos solía comer con él aunque sólo lo fuera a regañar. Nick pensó que a lo mejor estaría en otras de sus “importantes reuniones”, que solían ser más importantes que su hijo, habría sido lindo que hoy… que hoy estuviera junto a él, porque era un día muy especial. Suspirando saludó tímidamente a su tío, este le comento sonriente.
 -Había comenzado a pensar que no ibas a llegar- le dijo antes de reírse suavemente.
 – Bueno este… es que encontré un lugar muy lindo donde descansar y sin darme cuenta me quedé dormido-  ""Es mejor que mi tío no lo sepa"" pensó Nick, sin embargo le dio la impresión de que no podía ocultarle nada a su tío.
       Bueno, ahora vete a entrenar con la espada, en dos horas te quiero en el jardín principal - dijo Madtriem más serio.
       Por supuesto tío…- Nick se levantó de la mesa y se dirigió a la sala de entrenamientos, una vez allí descubrió que estaba casi vacía (cosa rara pues siempre estaba lleno de soldados que entrenaban)  Sólo descansaba ahí, en una esquina el capitán, quien se sobresalto bastante cuándo Nick terminó de abrir la puerta. Antes de que ninguno dijera una sola palabra, el capitán se levantó y le entregó una espada a Nick,(a quien le habría gustado mucho más llevar la suya,  una que le había hecho su tío, era mucho mejor que esa, además Nick adivinaba que tenía algún sortilegio mágico para que así el pudiera entrenar solo. Pero claro nadie sabía que el tenía espada y no quería delatar a su tío después de que su padre había ordenado que el nunca supiera nada sobre armas).
Nick recibió el arma con un gesto y rápidamente la desenvainó y se puso en guardia.
       Vamos a empezar de lo básico, el jefe de armas me dijo que jamás has tomado clases con la espada antes- comentó el capitán con una sonrisa de autosuficiencia, él como todos se sentía inquieto en compañía del príncipe y no agradecía a labor de tener que enseñarle a usar la espada.
Aquella sonrisa y postura arrogante molestó bastante  a Nick, quien también se puso en guardia. El capitán hizo el primer movimiento, una finta espectacular y muy complicada a pesar de haber dicho que comenzaría con lo básico. No obstante y para su sorpresa Nick la esquivo fácilmente, con una técnica y talento únicos (no se había entrenado sólo desde pequeño para nada) Luego contraataco tan rápido y con tanta maestría que el capitán se tuvo que lanzar al suelo para esquivarlo, sobresaltado y más que sorprendido él se levanto de nuevo y atacó nuevamente, esta vez poniendo en juego toda su habilidad con la espada, Nick lo esquivó  y atacó. Así fue durante una hora, hasta que Nick le hubo ganado tantas veces al capitán, que este descansaba sin aliento arrodillado en el suelo.
       Bueno… es evidente que el jefe de armas estaba equivocado, claro que usted si a recibido clases y me gustaría conocer al maestro, es realmente el mejor espadachín que he visto, a excepción del rey claro, seguro que fue su padre quien le enseño… Pues dudo que esta habilidad la hubiera podido adquirir de cualquier otro – dijo el capitán impresionado, aun con la respiración entre cortada
       En realidad no, siempre me he entrenado sólo… Mi padre me había prohibido tener cualquier conocimiento de armas – dijo Nick con aire de suficiencia.
 – Pero… ¿Cómo?- El capitán estaba atónito, era imposible que el chico hubiera aprendido todo aquello sólo, absolutamente imposible.
-         Venia acá a la hora que todos los soldados entrenaban, incluyéndolo y observaba… Luego esperaba hasta que la sala se vaciaba y entrenaba solo todo lo que veía, trataba de mejorarlo, en unas cuantas ocasiones pude ver a mi padre a hurtadillas, tal vez por eso mi estilo se parece al de él, en todo caso es primera vez que entrenaba con otra persona por eso estaba algo nervioso- dijo Nick confidencial. Al capitán se le abrió levemente la boca, “sólo observando” el chico era increíble, y a su pesar comenzó a sentir admiración por el extraño chiquillo… A pesar de sus… condiciones, era imposible no admirar a un espadachín de tal valía.
-         Fantástico, simplemente excepcional…es evidente la sangre que usted lleva en la venas, si me permite usted el atrevimiento… Bien, si no pretendemos que usted me enseñe a mi en vez de yo a usted comenzaremos con el uso de arco – fue así como entrenaron ahora el uso de arco. Empezaron por darle a una manzana, así también el capitán descubrió maravillado que Nick aprendía todo sorprendentemente rápido, al final de la clase Nick podía darle a un objetivo  que estuviera a mas de 50 metros de distancian certeramente la mayoría de las veces.
Por su parte Nick sólo sentía ansias de comenzar pronto el entrenamiento con magia. Despidiéndose del impresionado capitán  fue directo al jardín, ahí sentado bajo un “Rovicielo” (árbol de gran tamaño de tronco grueso pero curiosamente siempre torcido y con unas extrañas hojas que reflejaban el cielo)
Estaba su sonriente tío quien lo saludo con un gesto de la cabeza:
 –Entonces Nick para comenzar con tu entrenamiento dime; ¿Qué es la magia?- Nick pensó un momento pero la respuesta le pareció muy simple;
       La magia es el método usado por algunos humanos para hacer sus sueños realidad – dijo, sentándose junto a su tío;
       Si, y no, en realidad la magia es la energía que modifica un humano, para sus intereses propios- dijo Madtriem hablando tranquilamente como si le estuviera enseñando a un niño a leer.
       existen 2 tipos de magos y hechiceras humanos, los que usan la energía de su propio cuerpo para la magia, estos también son aquellos que nacen con poderes, y yo mismo formo parte de ese tipo (se desconoce el motivo de que nazcan con magia) Y también están aquellos que extraen energía de los medios que los rodean.
Pero la magia que proporcionan las piedras es totalmente diferente, estas tienen poder propio y a veces toman sus propias decisiones, si aprendes a usarlas correctamente adquieres poderes casi ilimitados, aunque es bastante complicado aprender a usarlas y controlarlas tu a ellas, no ellas a ti. Existen en este mundo muy pocos objetos como estas piedras y ser portador de una de ellas no sólo es un gran honor, si no también una gran responsabilidad, que debe ser asumida con madures y sensatez. Probablemente cuando Shuträk se entere de que la piedra te pertenece intente inducirte para que te unas al él, en ese momento no debe flaquear tu salud mental, puede que te torture con tus temores o tristezas más oscuros pero no debes flaquear- mientras su tío habló, Nick puso atención y trató de absorber todo lo que su tío le decía, pero ahora tenía mucho que pensar ""Que iba a hacer luego de aprender magia, ¿Tendría acaso que enfrentarse el sólo al terrible Shuträk?¿Qué iba a hacer en ese caso? ¿Como lo iba a vencer el solo si decían que ni siquiera su tío había podido vencerle? En todo caso de nada le servia pensar en eso ahora  mientras pudiera tenía que aprender lo máximo posible sobre la magia y como usarla"" su tío lo sacó de sus cavilaciones.
 – Ahora que sabes lo más importante creo que podremos empezar con lo que a práctica se refiere, observa- Nick miró expectativo y vio que alrededor de su tío comenzaba a haber un resplandor plateado que cada vez se hacía más intenso hasta que al final pareció que podría cubrir leguas sólo con su resplandor, luego se fue apagando lentamente hasta que al final  se extinguió. Luego dirigió una sonriente mirada a su sobrino.
 - Ahora Inténtalo tú Nick, concéntrate en la piedra, muy bien, ahora siente su poder luego libéralo lentamente… con calma- Nick se concentró en la piedra y luego en liberar el poder, tal y como su tío le indicaba… Primero comenzó a sentir el calor tenuemente pero esto le emociono tanto que perdió el delicado equilibrio y el poder se desbordó, no lo podía controlar  y pronto empezó a chamuscar los árboles de los alrededores, su tío posó una mano sobre él y de inmediato Nick comenzó a sentir una energía calida que le llenaba de luz, alegría y esperanza el corazón, era una sensación tan exquisita que quiso estar así por siempre…
- Nick, ¿estas bien? – preguntó su tío a la vez que la sensación disminuía.
– Sí tío, no se preocupe ya estoy bien, pero lo lamento tanto, no pude…- Nick miro a su tío, este le sonrió y le revolvió el pelo de la coronilla cariñosamente.
– Es suficiente por hoy, ve a descasar… Mañana seguiremos aquí mismo a la misma hora- dijo en tono pasivo.
Nick se fue algo alicaído a su habitación donde descubrió que estaba tremendamente agotado, se dejó caer sobre su cama de cualquier modo y de inmediato se quedo dormido. Tuvo un sueño bastante raro… Llegaba frente a unas cascadas, caminaba sobre una laguna inmensa, cuando una oscuridad lo envolvía y todo tipo de sentimientos negativos arrasaban su mente, una luz salvadora lo sacó de allí reconfortándolo y lo llevó a viajar por todos los buenos momentos de su vida, llenándolo de alegría y nuevas esperanzas, no supo más, era nuevamente depositado en el mundo y una voz en lo profundo de su mente le decía, ""adiós…"" estaba triste demasiado triste y no comprendía el porque.