Presentación...

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Portadas...las hice con cariño, así que no se quejen si no están muy lindas ^^

"Cazadores Del Apocalipsis", Capítulo 2


Aqui va el segundo capitulo de Cazadores de apocalipsis!! jajajaj ya no demoré tanto ^^... Y este capi va con dedicatoria, va dedicado a la amiga Ann.. para que ocupe su tiempo en algo más que tratar de invocar a Don CAW xD jajajajajajaj
jajajaj nada más eso, y comenten!! ya saben que de eso me valgo yo cuando me baja el animo para escribir ^^ en verdad, los comentarios hacen magia.
se cuidan, bss... chau




 -Capítulo Dos-


"Fallo en la Misión"



La chica terminó de formar su ataque y con increíble rapidez lo lanzó a su contrincante, enseguida la sombra se desintegro en una gran ventisca, sin que quedara ni un microscópico rastro de ella, la vencedora inspiró triunfante y se giró para seguir vigilando al humano.
Su cuerpo dió la vuelta lentamente y entonces sus miradas se cruzaron... Azul sobre rojo.... Un millón de segundos fundiéndose en uno junto al destinó de los portadores de esas miradas. La chica frunció el seño y se puso de pie rápidamente.
¡Diablos! Seguramente otra sombra se había apoderado del chiquillo mientras ella vencía a la primera, de otra manera el humano ese no podría verla, y era obvio que la veía si no, no seguiría cada uno de sus movimientos como si esperara que en cualquier momento le saltará encima, la chica se movió en circulo hacía la derecha, manteniendo siempre la aptitud defensiva mientras escaneaba meticulosamente los sentimientos de ese humano, umm… deseos de desaparecer al mundo, esa era una sombra peligrosa, pero débil, la podría vencer aun mientras se escondiera dentro del chico, muy bien…


Daniel miro absolutamente pasmado a la chica que se hallaba frente a él, la chica era portadora de una perturbadora belleza escalofriante, era alta, esbelta, muy bien formada, con facciones en equilibrio, un brillante cabello color negro y lo más impactante de todo, era su par de fulgurantes ojos rojos…
La miro por lo que pareció una eternidad, pero cuando por fin la chica se movió no le gusto nada lo que hacía, pues esta había comenzado a formar en sus manos otra bola brillante, y esta vez solo tenía ojos para él, no había ninguna sombra rara a la que atacar, por lo que no le cabía ninguna duda de que esta vez el ataque iría contra el.
El terror recorrió cada una de las células de Daniel, dejándolo plantado en su sitio…
El tiempo corría desesperantemente lento mientras Daniel esperaba a que la escalofriante chica lo atacara, finalmente vio, como si fuera en cámara lenta, a aquella bola de energía dirigirse directamente hacia él, impactando directamente contra su pecho


Trabajo hecho, problema resuelto, todo solucionado, se dijo la chica a si misma mientras se retiraba del escenario, se daría un tiempo libre con ese ultimo ataque el chico iba a tener lejos a cualquier sombra por lo menos hasta el anochecer…

Daniel se apretó el pecho esperando sentir el dolor en cualquier momento, pero esté no llegó… solo una sensación extraña de bienestar, se levanto de un salto y buscó a la extraña chica con la mirada, pero como había imaginado ella ya había desaparecido.
Muy confundido y no poco asustado por su cordura Daniel se decidió a entrar en la casa, como siempre que llegaba el mayordomo y un montón de empleados corrieron a atenderle, pero por primera vez no quiso que desaparecieran de su vista enseguida, se sentía extrañamente con deseos de hablar y ser cortes.
- buenos días señor, ¿Qué tal el instituto?- le preguntó un mayordomo que al parecer era nuevo, el resto de los empleados lo miraron con terror, era una regla no escrita el no preguntar jamás nada personal al señor de la casa, las consecuencias de hacerlo eran terribles, y ahora probablemente ese osado y joven mayordomo perdería su trabajo, el resto de los empleados lo miro con pena.
- Oh a sido un muy buen día, gracias- contesto animado Daniel, acto seguido el y todos los presentes se quedaron petrificados. Daniel no entendía porque había contestado así, ese no era el ¿Qué le pasaba? La primera en atreverse a volver a hablar fue una chica ayudante de la cocina.
- ¿Desea que le lleve algo arriba señor?- preguntó tímidamente y el resto contuvo la respiración.
- Un zumo de naranja estaría bien, gracias linda- respondió Daniel y tuvo la tentación de taparse la boca seguidamente después de pronunciar esas palabras, la chica se sonrojo y corrió a la cocina en busca del zumo. Daniel miro angustiado a su alrededor, era verdad que la chica era linda, pero nunca se había dirigido a ella a causa de millones de defectos que le había encontrado con solo mirarla, sin embargo ahora era incapaz de pensar en ninguno, mejor dicho era incapaz de encontrar cualquier defecto a cualquiera de los de allí, viera por donde viera solo veía aspectos positivos, ese tenia cara de fiel, ese parecía buen trabajador, el otro tenía aspecto humilde…a pesar de que sus pensamientos lo asustaron y lo hicieron sentirse contrariado, Daniel no pudo evitar embozar una radiante sonrisa que medio deslumbro a todos los presentes.
- Si me disculpan señores y señoritas, me voy a mi habitación- les dijo y ellos se hicieron a un lado maravillados, murmurando entre ellos y volviendo a sus labores.

Daniel llego a su habitación y en cuanto hubo cerrado la puerta, se pego una cachetada el mismo, le dolió, no era un sueño… entonces… ¿Qué le sucedía? Se sentía como si no fuera el, como si sus actos estuvieran siendo controlados por una fuerza externa, enseguida pensó en la extraña chica que lo había atacado, ¿Qué clase de ataque había sido ese?... o para empezar, ¿Cuál era el propósito de hacerle cambiar su perspectiva de vida aun en contra de su voluntad?
Se recostó sobre la cama pensando en ello, repasando los hechos, pero aun así no logró entender lo que estaba sucediendo, ese día no había dejado de traer cosas raras desde que había visto a la chica esa. Daniel cerró los ojos intentando dormir, o despertar, ya ni eso tenía claro. No estuvo ni cinco minutos con los ojos cerrados cuando de pronto se le antojó salir a dar un paseo por ahí.
- oh no Daniel ¿Qué te pasa idiota? ¿Qué acaso ya terminaste de volverte loco? ¿Desde cuando a ti te gusta salir a “pasear” por ahí?- se dijo a si mismo con irritación, pensando que si alguno de los empleados de la casa, además de haber visto su anormal comportamiento esa tarde ahora más encima lo viera hablar solo no demoraría ni dos segundos en llamar a un psiquiátrico…
-definitivamente me quedare aquí, y volveré a tratar a todos como es normal- se dijo una y otra vez a si mismo Daniel mientras se vestía, y salía de la casa parando en la heladería más próxima, ¿pero que le pasaba? El detestaba las cosas dulces, y mas los helados… se dijo, sin embargo volvió a engañarse a si mismo cuando la mesera vino y el luego de dedicarle un travieso guiño se pidió un helado de fresa.
Daniel se comía su helado mientras intentaba poner gesto malhumorado o por lo menos inexpresivo, pero no le resultaba, pues seguía luciendo una odiosa sonrisa que parecía pegada a su cara, mientras el chico discutia interiormente consigo mismo, vinieron dos chicas y se sentaron junto a el en la mesa.
-hola guapo, ¿Por qué tan solo, esperas a tu novia?- le preguntó una que a Daniel se le antojo con cara de tierna >>vamos chico ¿Qué te pasa? ¿Que no lo ves? Es solo otra cínica chica más<< el grito interno de Daniel quedo ahogado cuando este sonrió contestándole a las chicas:
- oh no, solo esperaba que un par de preciosuras como Uds. se sentaran a hacerme compañía- la chicas se emocionaron soltando risillas nerviosas, >>oh vamos… ¿ni siquiera una ironía? ¿Ni una chiquita?<< Daniel quiso retirar y salir corriendo de ahí en ese mismo instante, sin embargo algo lo obligo a quedarse un par de horas allí conversando con esas chicas, darles su numero telefónico, e incluso invitarlas a un helado.
Cuando ya se iba a su casa, ahí por fin, por fin, se empezó a agotar todo ese positivismo, Daniel dejó de sonreír y se acarició las mejillas con gesto dolorido, cuando llegó a su casa, por lo menos ya pudo ignorar a todos mientras subía las escaleras.
Daniel miro su habitación con aburrimiento, había sido un día tan raro, que seguramente ahora le tocaba despertar del sueño, se dijo a si mismo con ironía. Entonces vio algo que lo dejó paralizado en su sitio, rápidamente le echó llave a la habitación.
-¿¡tu que haces aquí!?- le grito a la chica que de pie miraba por la ventana de su habitación, era la misma de esa tarde, el estaba seguro de eso…
La chica se dio media vuelta, y al ver que Daniel la miraba directamente sus rojizos ojos reflejaron la sorpresa…
-imposible- susurro, su voz apenas un gemido, Daniel se acerco a ella en dos zancadas:
-¡tienes que decirme que fue lo que me hiciste, gracias a ti he tenido el día mas raro de mi vida!- le grito Daniel parado en frente de ella, tenia miedo de la chica, pero jamás dejaría que ella lo notara… la chica solo movió la cabeza de un lado a otro y volvió a murmurar, imposible. Daniel exasperado la tomó de los brazos, zamarreándola – ¡te dije que me contestes! – le dijo antes de que un brillo cegador surgiera entre ellos dos y Daniel saliera disparado impactando contra su cama.


Por un momento todo en la habitación se quedó quieto, expectante, entonces la luz se extinguió lentamente, revelando al centro de la habitación, a una hermosa chica humana que miraba todo con ojos impactados.
Daniel que no podía ni moverse ni hablar, miró a la chica detenidamente, era exactamente la misma chica extraña que estaba en su habitación hace un segundo, y exactamente la misma que le había tirado el extraño ataque… con la pequeña excepción de que su cabello se había tornado de un negro rojizo en lugar del negro azabache que solía ser, y que en su pálida y hermosa cara ya no se encontraban un par de brillantes ojos rojos, ellos habían sido reemplazados por unos calidos verde dorado… Daniel frunció el seño, muy bien, mas truquitos de magia…como si sirviera de algo cambiarse el color del pelo y de los ojos, pensó amargamente, aunque en el fondo él sabia que ese no era el único cambio en ella…ella se veía en gran medida mucho más…humana…

La chica no comprendía nada de lo que pasaba allí, ¿Dónde estaba? No… eso ella lo sabia…pero ¿que eran todas esas cosas, esas luces?…ella sabia que habían luces que no eran ni blancas ni negras, pero no podía creer que fueran tan hermosas, su mirada vagante se topó con la del chico que la miraba fijamente desde la horilla de la cama, el tenia tan poca idea como ella de lo que pasaba… podían quedarse así quietos sin saber nada hasta que les diera la gana de hacer algo, pero eso no era lo que necesitaban ahora, ahora necesitaban explicaciones, los dos.
Definitivamente esto ameritaba grandes medidas, pensó la chica…tendría que hacerlo, por mucho que detestara llamarlo supo que en esta ocasión no tenia más opciones…se puso de pie algo tambaleante, ¡maldición! Este cuerpo hasta pesaba más y se le hacia mucho mas difícil moverlo…aun así se mantuvo firmemente de pie y le gritó al aire…
-¡Noitre!
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